Los científicos creen que las civilizaciones avanzadas se comunicarían a través de señales de luz, por eso un nuevo telescopio óptico diseñado para detectarlas ha comenzado a trabajar en un observatorio de Harvard como parte del programa de búsqueda de inteligencia extraterrestre.
(15/05/06 – CyTA – Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – El 11 de abril pasado, la Sociedad Planetaria inauguró oficialmente y puso en marcha un nuevo telescopio óptico en el Observatorio Oak Ridge de Harvard, Massachussets, Estados Unidos.
Bajo la dirección del físico Paul Horowitz y su equipo de la Universidad de Harvard, el nuevo telescopio será el primero en el mundo dedicado a la búsqueda SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) en forma óptica.
“La inauguración de este telescopio representa uno de esos raros momentos en el campo científico cuando se avanza un gran paso…”, expresó Bruce Betts, Director de Proyectos de la Sociedad Planetaria, para agregar que “…El envío de señales de láser a través del cosmos sería una forma muy lógica que los ET nos contacten, pero hasta ahora no teníamos el equipamiento adecuado para recibir ninguna de tales señales…”
Los astrónomos han estado usando radiotelescopios para la búsqueda de transmisiones de inteligencia extraterrestre desde la década del 60 del siglo XX, pero algunos científicos creen que las civilizaciones avanzadas podrían optar por la luz visible para comunicarse.
La luz visible puede formar apretados rayos de increíble intensidad y sus altas frecuencias le permiten transportar una alta cantidad de información.
Usando la tecnología actual, un rayo de luz concentrado y altamente resplandeciente, tal como un láser, puede en un breve instante ser 10.000 veces tan brillante como el procedente de una estrella. Dicho rayo podría ser fácilmente observado desde enormes distancias.
El telescopio, que lleva el nombre “The Planetary Society Optical SETI Telescope”, explorará en un año todo el cielo y escudriñará nuestra galaxia Via Láctea visible en el hemisferio norte.
Instalado en un refugio de madera a unos 50 kilómetros al oeste de Boston, el telescopio posee un diseño que le permitirá detectar un parpadeo con una duración de un nanosegundo (una mil millonésima de segundo), una especie de “Hola” estelar de alta velocidad.
“Este nuevo instrumento de investigación ejecuta un trillón de medidas en un segundo y amplía en un factor de 100.000 veces la cobertura del cielo de nuestra búsqueda óptica previa”, dijo Horowitz.
Horowitz comparó la generación previa de SETI Óptico a buscar en el cielo a través de una burbuja gaseosa y ver solamente una muy pequeña parte. Este telescopio, con un costo de unos 400.000 dólares, barre una amplia línea en el cielo. A medida que la Tierra se mueve, las estrellas pasan por esa línea y en cerca de 200 noches –si las condiciones meteorológicas lo permiten- se podría observar la totalidad del cielo visible.
Para analizar la impresionante cantidad de datos que reúne el espejo primario de 1,8 metros, un grupo de estudiantes construyó circuitos y programó la computadora capaz de procesar más de un trillón de bits de información por segundo.
En todo momento, la cámara toma la imagen de rectángulos de 1,6 x 0,2 grados del cielo con un par de foto-detectores de 512 píxeles. Tiene un tiempo de procesamiento de un minuto por objetivo y de esa forma el sistema detecta la señal de cualquier parte del cielo.
La gran ventaja de esta estrategia de búsqueda reside en que los sistemas mecánicos del telescopio se simplifican, ya que el mismo necesita moverse en un único eje: la altitud. Eso significa que un domo no es necesario, solamente una clara apertura hacia arriba y abajo en una dirección del cielo es suficiente. Esta simplificación implicó significativos ahorros de costos en la construcción del observatorio SETI Óptico, comparado con uno tradicional.
La óptica puede ser también simplificada porque no se necesita obtener imágenes de gran resolución, sino verificar la procedencia de la luz. En forma inusual para un telescopio, su espejo primario no es parabólico sino esférico, por ser más fácil y barato de producir.
En contraste, la cámara (de cerca de 100 kilos) y la electrónica que se usan deben cumplir su cometido: el telescopio debe ser capaz de obtener imágenes de áreas del cielo en cada nanosegundo y para lograrlo sus dos foto-detectores envían las señales a 32 procesadores idénticos. El estudiante Andrew Howard diseñó estos increíbles chips –no existentes en el mercado- específicamente para esta tarea. Cada uno de ellos contiene 250.000 transistores y los procesadores, en su conjunto, manejan 3,5 trillones de datos por segundo.
“Esta tecnología es absolutamente de avanzada…”, declaró Louis Friedman, Director Ejecutivo de la Sociedad Planetaria, quien hizo la analogía sobre la construcción de un telescopio con el lanzamiento de una nave espacial y destacó el alto compromiso involucrado en el emprendimiento por parte de la organización.
Además de los miembros de la Sociedad Planetaria de todo el mundo que ayudaron a financiar el telescopio óptico, el aporte adicional provino de la Fundación Bosack-Kruger.
Desde su fundación en 1980, la Sociedad Planetaria ha sido promotora de los proyectos SETI, apoyando una gran variedad de búsquedas con diversas contribuciones. Precisamente, en el laboratorio de Oak Ridge ha llevado a cabo búsquedas SETI por medio de radiotelescopios junto a Horowitz, primero con el proyecto META (rastreo de señales extraterrestres por millones de canales) hace unos 20 años y luego con BETA (rastreo de señales extraterrestres por miles de millones de canales).
Más información en: www.planetary.org