Investigadores argentinos crearon una heladera “amigable” para el medio ambiente, que funciona con energía solar. Aunque no puede competir con los refrigerados convencionales, sería de gran utilidad en las zonas rurales donde no llega la red eléctrica.
(14/03/08 – Agencia CyTA_Instituto Leloir) – Investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) desarrollaron una heladera que funciona con energía solar. Aunque resulte paradójico, produce hielo gracias al calor del sol.
El proyecto, que se lleva adelante en simultáneo con el Instituto Tecnológico de Santo Domingo de la República Dominicana, recibió recientemente el Premio de Conservación y Medio Ambiente otorgado por la compañía Ford.
La idea nació a partir de una premisa de la UNGS, que pretende una aplicación efectiva de la investigación académica para la comunidad. “Es una forma de aplicar la ciencia para resolver la falta de energía eléctrica en zonas rurales de la Argentina”, afirma Rodolfo Echarri, el investigador y docente de la UNGS a cargo del proyecto.
Dos cubeteras por día
Los resultados de este proyecto, que comenzó en 2003, ya están a la vista. El equipo dirigido por Echarri, e integrado por los investigadores Andrés Sartarelli, Sergio Vera y Ernesto Cyrulies, construyó un prototipo que produce 350 gramos de hielo por día, equivalentes al contenido de dos cubeteras.
Hasta el momento, han construido cuatro prototipos que producen desde 60 hasta 400 gramos de hielo, según las características de cada uno. “Con los datos experimentales que estamos obteniendo, pensamos desarrollar un modelo matemático que nos permita un diseño eficiente de este tipo de refrigeradores”, anticipa Echarri.
Por adsorción y desorción
La heladera no contiene ninguna parte móvil ni eléctrica. Su funcionamiento se basa en los procesos de adsorción (atracción y retención de una sustancia en la superficie de un cuerpo) y desorción (emisión de un fluido previamente absorbido) de metanol por carbón activado.
El prototipo está compuesto por tres partes: un colector, un condensador y una cámara fría. En el colector, ubicado en la parte superior, unos tubos de hierro que contienen carbón impregnado con metanol son expuestos al sol. Por efecto del calor, el metanol se evapora y pasa al condensador, donde vuelve a su estado líquido. De noche, cuando la temperatura del colector baja, el carbón vuelve a adsorber el metanol. Al hacerlo, provoca su evaporación en la cámara fría, lo que hace bajar la temperatura y por lo tanto, genera hielo, según explicaron los investigadores.
Con el prototipo construido en esa universidad y luego de optimizar ciertos aspectos, los investigadores esperan obtener 1,2 kilogramos de hielo por día.
Económica y amigable
Los docentes destacan el hecho de que la construcción de esta heladera prácticamente no tiene costo. Asimismo, resaltan que “es mucho más amigable que los refrigeradores convencionales, ya que no utiliza compuestos cloro-fluoro-carbonados, que son los principales responsables del adelgazamiento de la capa de ozono, ni combustibles fósiles para producir la energía necesaria para su funcionamiento.
Por supuesto, reconocen que no están pensando en competir con una heladera eléctrica. Saben que el desarrollo apunta a sectores rurales de bajos recursos o comunidades aisladas de la Argentina situadas en lugares donde no llega la red eléctrica.