A diez años de ser erradicada, la poliomielitis volvió a Namibia y esta vez golpea a los adultos. Ya hay catorce muertos y más de cien casos sospechosos, por lo que comenzó una campaña de vacunación masiva con Sabin oral. La Argentina, libre de polio desde 1984, mantiene alerta el sistema de vigilancia. Según las autoridades nacionales, cualquier nuevo caso resultaría “trágico” para el país y la región.
(26/06/06 – CyTA – Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Las autoridades sanitarias de Namibia trabajaron en los últimos días contrarreloj para vacunar contra la poliomielitis a los dos millones de habitantes de aquel país. El virus resurgió con ferocidad una década después de haber sido erradicado y ya se cobró catorce víctimas fatales. Hasta ahora, se confirmó que trece de los más de cien casos que hay bajo sospecha involucran al poliovirus salvaje tipo 1.
“Si bien los tres serotipos del virus son peligrosos, el tipo 1 es particularmente severo porque produce más reacciones inmunes y es responsable de grandes brotes, no sólo de casos esporádicos”, explica la doctora María Cecilia Freire, jefa del Servicio de Neurovirosis del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas-ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, Centro de Referencia de Poliomielitis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Cono Sur y Bolivia.
Por qué ahora ataca a los adultos
La mayoría de las víctimas tienen en esta ocasión entre 20 y 40 años, hecho desconcertante para las autoridades internacionales. “Es raro como una gallina con dientes”, comentó a la revista Science Bruce Aylward, director de la campaña mundial de la OMS.
La poliomielitis, también llamada parálisis infantil o enfermedad de Heine-Medin, se produce por la destrucción de las neuronas motoras de la médula espinal y deja secuelas definitivas: parálisis fláccida de grupos musculares con atrofia de miembros inferiores.
“Es llamativo que el virus haya atacado a los adultos. Los más susceptibles son los niños menores de 15 años”, comenta la doctora Freire. Los adultos suelen estar inmunizados tras haberse vacunado o por mantener contacto con chicos infectados. En la población infantil, la infección es casi siempre asintomática. Cuando ataca a los mayores es mucho más fuerte.
“De cien infecciones por virus de polio ocurridas en la infancia, sólo una produce la enfermedad paralítica. Pero cuando las infecciones comunes de la infancia afectan a los adultos suelen ser más severas. Posiblemente ocurra porque los niños están más en contacto con el virus y producen anticuerpos que los protegen”, explica la doctora Freire.
El primer caso identificado en Namibia es el de un granjero de 39 años, oriundo de una población cercana a Windhoek, la capital de aquel país. El hombre se había trasladado a fines de abril a Windhoek para someterse a una intervención de vesícula, pero dos semanas después contrajo una parálisis.
Al principio, los médicos pensaron que se trataba del síndrome de Guillain-Barré, un trastorno autoinmune que puede desencadenarse tras una infección. Sin embargo, el 2 de junio un laboratorio sudafricano acreditado por la OMS confirmó que se trataba del poliovirus salvaje.
Según la OMS, el análisis genético confirma que el virus ingresó desde Angola, aunque su origen es hindú. Angola estuvo libre de polio desde 2001 hasta el año pasado, cuando el virus reingresó procedente de la India, donde la enfermedad es endémica, al igual que en Nigeria, Pakistán y Afganistán, países que por creencias religiosas y hábitos culturales oponen resistencia a la vacunación.
La vacunación, clave para controlar el brote
Para acabar con el brote, el Gobierno de Namibia está realizando una campaña masiva de inmunización en tres etapas. La primera terminó con éxito el 23 de junio pasado. Según polioeradication.org, en los tres días que duró la primera etapa, toda la población de Namibia recibió la vacuna oral contra el poliovirus 1, que llegó en un cargamento de UNICEF.
En tanto, un equipo de especialistas de la OMS se trasladó al lugar para asistir al Gobierno. La situación podría marcar un retroceso en la campaña global para erradicar la polio, aunque los funcionarios de la entidad internacional no pierden las esperanzas.
David Heymann, representante del director general de la campaña, dijo a Science que la OMS confía en que Namibia podrá controlar el brote, porque está actuando con rapidez. Además, el epidemiólogo destacó que el país cuenta con la ventaja de que la población se encuentra diseminada y se acerca el invierno.
Heymann y su equipo todavía ignoran cómo se contagió el granjero. También dudan si fue él quien inició la cadena. “Quizá nunca sepamos qué relación hay entre los casos sospechosos”, dijo a Science el funcionario, observando que muchas de las víctimas no pueden hablar porque están con respirador.
Namibia estableció la vacunación contra la poliomielitis como práctica de rutina en 1990. Aunque aún se desconoce la causa del brote actual, es probable que los adultos afectados no hayan recibido inmunización de chicos. Hoy en día, en Namibia las campañas de rutina llegan al 60 u 80 por ciento de los niños menores de 5 años que debieran recibirla.
“Hay un cúmulo de adultos susceptibles que no fueron vacunados y que quizás no estuvieron en contacto con el virus vacunal, y si lo estuvieron el tiempo de exposición no fue suficiente para provocar una buena repuesta inmune capaz de impedir la llegada del virus al sistema nervioso central”, reflexiona la doctora Freire, del Malbrán.
Namibia comparte ahora la preocupación por la polio con otros dos países vecinos, Angola y el Congo. Recientes estudios genéticos sugieren que el virus de la polio ingresó a alguno de estos países el año pasado y sigue circulando en los tres. Sin embargo, para los funcionarios de la OMS, la amenaza más seria está en Nigeria, donde la oposición a la vacunación es intensa, así como la epidemia, que ya causó 438 nuevos casos en lo que va del año.
La poliomielitis tiene relación con las condiciones de vida de la población. Se transmite por vía fecal-oral, en especial durante los meses cálidos. También a través de aguas y alimentos contaminados. “Los lugares desprovistos de agua potable y sin cloacas, al igual que las malas condiciones de higiene y el hacinamiento favorecen su diseminación. Esto se ve agravado por la mala alimentación, que influye en el desarrollo del sistema inmune”, explica Freire.
¿Qué está haciendo Argentina para evitar que vuelva la polio?
En la Argentina, el último caso de polio ocurrió en 1984. El continente americano quedó totalmente libre del virus diez años más tarde. El último caso se registró en Perú, donde en 1991 un niño se vio afectado por el serotipo 1.
“Si bien el virus salvaje fue erradicado, el sistema de vigilancia nacional se mantiene alerta como si siguiera circulando, para evitar su reintroducción desde países en donde todavía circula en forma endémica, como ocurrió en Namibia. Si resurgiera sería trágico”, señala Freire, del Malbrán.
El Programa Nacional de Erradicación de virus Polio funciona en el ámbito del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, que trabaja desde mediados de 1980 en forma conjunta con el laboratorio del Malbrán y con el resto del país para mantener el sistema de vigilancia y detectar cualquier nuevo caso.
“No es imposible que suceda lo que ocurrió en Namibia, pero el sistema de vigilancia está alerta, y nuestro país tiene una larga historia de vacunación antipoliomielítica que se inició a mediados de los 70”, apunta Freire.
La erradicación en el continente americano
Desde 1987, rige en todos los países de América un Programa de Erradicación con pautas comunes:
• En cada país, funciona un sistema de vigilancia epidemiológica del síndrome de parálisis aguda fláccida en niños menores de 15 años.
• Existe una red de laboratorios regionales para vigilar la circulación del virus polio. En el Cono Sur y Bolivia, el centro de referencia es el Servicio de Neurovirosis del Instituto “Carlos Malbrán”, de Argentina.
• El Centro de Control de Enfermedades de Atlanta es el nodo principal de la red. Desarrolla nuevos métodos para vigilar la circulación del virus y los distribuye a los demás laboratorios.
• Todos los países se comprometieron a mantener coberturas de vacunación mayores al 95 por ciento con tres dosis de Sabin. Al vacunar a la población infantil se corta la cadena de transmisión del virus y se evita que se perpetúe en la naturaleza.
• En Argentina, el esquema completo de vacunación incluye cinco dosis de dos gotas por vía oral: las tres primeras con un intervalo de 6 a 8 semanas empezando desde los dos meses de vida. La tercera dosis se refuerza cuando el chico cumple un año y otra vez cuando ingresa a la primaria.
• A través del programa argentino, se informa a todas las jurisdicciones provinciales los indicadores del país y cómo evoluciona la erradicación en el resto del mundo, alertando al sistema cuando los países con brote o circulación endémica tienen conexión directa con el nuestro.