Personas ciegas a causa de degeneración macular y retinitis pigmentosa podrían recuperar parcialmente la visión con un implante retinal conectado a una cámara situada en unas gafas. En Estados Unidos aprobaron ensayos clínicos en los que participarán entre 50 y 75 pacientes para comprobar si el implante es efectivo y compatible con los tejidos humanos.
(15/6/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Pacientes que se han vuelto ciegos a causa de dos tipos de trastornos, la degeneración macular y la retinitis pigmentosa, podrían recuperar parcialmente la vista algún día, si tiene éxito un invento elaborado por científicos del Instituto del Ojo Doheny de la Universidad del Sur de California (Estados Unidos), según revela un comunicado de prensa de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, según sus siglas en inglés).
Ojos biónicos
Se trata de un implante ocular que se situa en la superficie de los ojos y recibe señales de unos anteojos dotados de cámaras, que registran imágenes del mundo exterior. El implante transmite la información visual a un conjunto de electrodos que se colocan quirúrgicamente en la retina. Estos electrodos, que desempeñan el papel de las células fotorreceptoras del ojo, envían señales eléctricas a las células del nervio óptico. Luego, la corteza visual del cerebro recibe esa información, la interpreta y forma imágenes.
Los electrodos implantados en la retina, desempeñan el papel de las células receptoras – sensibles a los estímulos lumínicos- que perdieron su funcionalidad a causa de la retinitis pigmentosa y la degeneración macular.
A fin de probar la utilidad y seguridad de ese invento, la agencia estadounidense que regula los productos farmacéuticos, la Food and Drug Administration, aprobó la realización de ensayos clínicos.
En los ensayos participarán entre 50 y 75 pacientes de más de 50 años y estarán dirigidos por el doctor Mark Humayun quien se desempeña como profesor de oftalmología e investigador en el Instituto del Ojo Doheny. “La primera fase de nuestro implante comenzó en 2002. Hemos implantado con éxito a seis pacientes en un ensayo y hemos constatado que podían detectar luz o incluso distinguir objetos como una taza o una silla”, señaló el experto.
El segundo implante llamado Sistema de Prótesis Retinal Argus II supera la versión anterior, dado que está dotado de 44 electrodos más, 60 en total, lo que permite generar imágenes de mayor resolución.
Además, la intervención quirúrgica del implante es menos invasiva debido a que el tamaño del microchip, que contiene los electrodos, es cuatro veces más pequeño que el anterior.
Temas pendientes
Durante la realización de los ensayos clínicos, Humayun y sus colegas pretenden no sólo estudiar los efectos del implante en el cerebro, sino también averiguar si los materiales son compatibles con los tejidos humanos, entre otros temas.
Si la prótesis retinal funciona bien y no produce efectos secundarios, tendría en principio en el mercado un valor aproximado de 30 mil dólares, una cifra difícil de alcanzar para la mayoría de las personas que podrían verse beneficiadas. Pero ese será un tema a resolver más adelante.