La inadecuada regulación de la anandamida, una sustancia producida por nuestro organismo, estaría relacionada con los abortos tempranos que sufren muchas mujeres. Se podrían encontrar drogas que ayuden a controlar el metabolismo de este compuesto, lo que permitiría que el embarazo llegue a término.
(12/11/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Verónica Engler) – Un embarazo que llega felizmente a término es todavía, en muchos aspectos, una gran incógnita para la ciencia.
Estudios recientes indican que la regulación inadecuada de la anandamina, una sustancia producida por nuestro organismo en el cerebro y en otros tejidos (nervios periféricos, bazo, ojos y en órganos reproductivos como placenta, útero, trompas de Falopio y testículos), estaría relacionada con los abortos tempranos que sufren muchas mujeres antes de llegar a los tres meses de gestación.
“El tema se relaciona con lo que se observa en mujeres abortadoras tempranas, que muestran menor degradación de la anandamida, un endocanabinoide (sustancia endógena que funciona a nivel celular de manera similar a la marihuana) que si se produce de más o no se degrada, podría contribuir al aborto”, destaca la doctora Ana Franchi –directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos (UBA-CONICET)–, que acaba de presentar una investigación sobre el tema en el Simposio Internacional “Genética e Inmunología de la Reproducción. De la investigación básica a la aplicación clínica”, organizado por el Instituto Médico Halitus. “La idea es que se podrían encontrar drogas que aceleren el metabolismo de este compuesto evitando el aborto temprano”, sintetiza la especialista.
Hace alrededor de 20 años un grupo israelí de científicos descubrió que nuestro organismo –pero también el de otros mamíferos– fabrica una sustancia que se une a los mismos receptores –proteínas que funcionan como puerta de entrada a la célula– que la marihuana (Cannabis sativa) cuando se la fuma. Entonces, la bautizaron como anandamida, nombre que viene del sánscrito y que significa, alusivamente, “portador de paz y de felicidad interna”.
Desde entonces, se han encontrado otras especies que producen esta sustancia –el cacao, por ejemplo– y se empezaron a comprender mejor diversas funciones fisiológicas. Por ejemplo, se sabe que cuando aumenta la actividad nerviosa, nuestro organismo fabrica esta “marihuana endógena”. La anandamida participa básicamente en casi todas las cuestiones que implican la sensación de saciedad (el hambre, el sexo, el consumo de sustancias adictivas) y también en el control de la presión arterial.
En los últimos años se hallaron evidencias de que la anandamida cumple un rol importante a la hora de coordinar una serie de eventos durante el embarazo. “Participa, aparentemente, en el transporte oviductal (del embrión por las trompas de Falopio) y en la implantación (en el útero para su gestación)”, explica Franchi. “Además, cuando su síntesis está exacerbada o disminuida, su degradación se asocia al aborto temprano”.
Para que el embrión finalmente se implante en el útero, la anandamida uterina debe mantenerse en niveles bajos durante esta primera etapa del embarazo. Pero no todo depende de la madre, “el embrión, por acción de la progesterona, produce una sustancia de origen lipídico que aumentaría la degradación de la anandamida”, señala Franchi.
La regulación precisa de esta sustancia determina en buena medida el destino de la implantación del embrión. Lo que todavía no se conoce con precisión es el nivel óptimo de degradación ni qué tipo de drogas podrían acelerar el metabolismo de la anandamida para evitar abortos tempranos, algo habitual cuando se utilizan técnicas de fertilización asistida, que presentan su mayor dificultad en la etapa de implantación del embrión.
“Regular estrictamente las concentraciones de anandamida podría contribuir a una implantación exitosa”, augura Franchi.
Las incógnitas que se abren en torno a los vericuetos que recorren el óvulo y el espermatozoide una vez fusionados para formar el nuevo ser, son las que seguramente aportarán en el futuro soluciones a los problemas de fertilidad, que muchas veces impiden el embarazo de quien lo desea.