Descubrieron un gen que cumple un papel clave en el hongo productor del Quemado del Arroz, una plaga que destruye hasta un 30 por ciento de los cultivos de este vital alimento que constituye una parte importante en la dieta de los dos tercios de la población mundial.
(03/05/06 – CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – La identificación del gen MgAPT2, del hongo de la especie pyricularia gris por parte de científicos británicos, abre un camino en la búsqueda de medidas que protejan los cultivos de arroz.
Los resultados de la investigación, realizada por científicos de la Universidad de Exeter, Inglaterra, dirigidos por Nicholas J. Talbot, y publicados en la revista Nature de marzo, revelan que el gen MgAPT2 del hongo produce proteínas que desempeñan un papel central en la infección del arroz.
Estas proteínas favorecen la rotura de las superficies externas de las hojas y las raíces del arroz, permitiendo que el hongo secrete proteínas adicionales, que terminan infectando los tejidos internos de la planta.
Las proteínas secretadas por el hongo debilitan las defensas de la planta y producen el Quemado del Arroz, la enfermedad más destructiva y costosa que padecen los cultivos de arroz. Esta enfermedad obstaculiza el transporte de agua y sustancias nutritivas en los tejidos vegetales del cereal impidiendo que los granos de arroz se desarrollen.
El Dr. Alberto B. Livore, Jefe de Grupo de Mejoramiento Genético de Arroz y Coordinador del Subprograma ARROZ del INTA, explica que: “La enfermedad se manifiesta por quemado de la hoja en estado vegetativo de la planta, donde las manchas pueden llegar a ocupar toda la lámina de la hoja y dar un color anaranjado que vira al marrón” y agrega que “los efectos de este hongo pueden ocasionar perjuicios desde una simple reducción de calidad en el producto final, hasta una pérdida de más del 80 por ciento en rendimiento y calidad. Esta enfermedad se presenta esporádicamente en Argentina pero cuando ocurre es desvastadora causando pérdidas económicas de importancia para el productor.”
De acuerdo a datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, China, India e Indonesia son los tres países que lideran la producción mundial de arroz. China produce aproximadamente 125 millones de toneladas de arroz al año, es decir, un 31,17% de la producción mundial. Argentina produce 1.027.000 toneladas, lo que representa un 0,25% de la producción mundial.
Datos suministrados por The Food and Agriculture Policy Research Institute (FAPRI), indican que el consumo interno argentino es uno de los más bajos a nivel mundial, 7,1 kg de arroz por habitante al año, un dato que contrasta con los 214 kg consumidos por habitante en Vietnam.
La relevancia de la investigación realizada en Inglaterra reside en que fue posible bloquear el gen MgAPT2, productor de proteínas específicas que permiten la invasión del hongo al interior de la planta. El bloqueo del gen hizo que el hongo no fuese capaz de producir la enfermedad.
En relación con este descubrimiento, Livore opina que: “Es de importancia pues contribuye a entender una etapa del mecanismo de infección del hongo. En la investigación identificaron uno de los genes que interviene en la secreción de una enzima que contribuye a la penetración de los filamentos del hongo en las células de la planta de arroz.”
La identificación del mecanismo utilizado por el hongo para atacar la planta permitiría elaborar fungicidas específicos o bien crear especies de arroz con genes capaces de desarrollar un sistema de defensa contra el hongo. Esta última estrategia fue desarrollada por Livore quien coordinó un proyecto internacional conocido como “Desarrollo de una Estrategia para la Obtención de Resistencia Durable a Pyricularia grisea en Arroz en el Cono Sur”, en el que se identificaron los linajes presentes en la población del hongo en el Cono Sur y se incorporaron a las plantas de arroz genes que aumentaron su capacidad de resistencia al hongo.
El uso de fungicidas resulta ser una alternativa más costosa que el desarrollo de especies de arroz resistentes al hongo. Livore aclara que los fungicidas “deben ser preventivos para ser efectivos, una estimación conservadora arroja un valor de 94.000.000 dólares por año, como costo de estos tratamientos, para toda Latinoamérica.”
En cambio, la generación de cultivares con resistencia durable proveería una herramienta para mejorar sensiblemente la seguridad de cosecha del cultivo, mejorar los rendimientos y reducir los costos operativos, mejorando la conservación del ambiente al minimizar el uso de fungicidas.
Si bien la investigación realizada por Talbot constituye un importante avance, aún faltan investigaciones adicionales cuyos resultados permitan elaborar una estrategia eficaz y definitiva contra el Quemado del Arroz a nivel mundial.