El doctor Willy Rozenbaum, presidente del Consejo Nacional del SIDA de Francia, advirtió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que los programas de circuncisión masculina que se están implementando en África para reducir el contagio del virus del sida, podrían no lograr el impacto deseado si no se complementan con campañas de educación pública efectivas.
(12/7/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – El Consejo Nacional del SIDA (CNS) de Francia, un organismo independiente que asesora al gobierno de ese país, pidió cautela en relación con los programas de circuncisión masculina que se están implementando en África para reducir el contagio del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Aproximadamente, el 60 por ciento de las personas que padece sida en el mundo viven en ese continente.
En marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia de Naciones Unidas contra el SIDA (ONUSIDA) aprobaron la promoción de la circuncisión masculina como una herramienta más dentro de un amplio conjunto de medidas de prevención de la infección causada por el virus del sida. Esta decisión se basó en estudios realizados en Sudáfrica en 2005 y en Uganda y en Kenya en 2007, que revelaron que la circuncisión masculina reduce aproximadamente en un 60% el riesgo de infección masculina adquirida por vía heterosexual, según la revista científica Nature de junio.
Desde entonces, la circuncisión se ha practicado en varios países de ese continente para frenar el avance del sida. Sin embargo, esa medida debe estar articulada con programas de educación pública que sean efectivas, asegura Rozenbaum, presidente del CNS.
Si los hombres piensan que la circuncisión les va a dar inmunidad contra el sida, el problema podría exacerbarse dado que los llevaría a conductas que aumentarían el riesgo de contraer la infección por VIH, por ejemplo, no usar condones o tener más parejas sexuales.
Considerando que esa falsa sensación de seguridad se ha manifestado en muchos sectores de la población, Rozenbaum asegura que es necesario que se implementen campañas educativas que logren dejar en claro que la circuncisión es sólo una pieza del rompecabezas de la prevención.
Rozenbaum cuestiona la rapidez con la cual la OMS actuó en relación con la promoción de la circuncisión masculina. El experto francés asegura que es necesario investigar previamente el modo en que las campañas de circuncisión influyen en las conductas de riesgo y, por lo tanto, en la prevalencia del VIH en la población.
El impacto de la circuncisión en la prevalencia del VIH depende de factores sociales y culturales que deben ser estudiados, asegura Rozenbaum.
Por su parte, el doctor Tim Farley, Coordinador del Equipo encargado de Infecciones de Transmisión Sexual de la OMS, coincide plenamente con Rozenbaum: “Esos asuntos deben ser estudiados, pero no hay razón para detenerse”.
El desarrollo de los acontecimientos mostrará si efectivamente la circuncisión masculina, combinada con campañas educativas, es una herramienta útil para combatir el sida.