La depresión puede causar pérdida ósea, de acuerdo a una investigación realizada en Israel. Diversas investigaciones habían relacionado la depresión con la osteoporosis, pero no habían descubierto cómo se establece el nexo. La terapia basada en antidepresivos atenuó la disminución de la masa ósea en roedores con depresión inducida en el laboratorio.
(1/11/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)– La falta de ejercicio físico, una dieta con alimentos que no contienen calcio o proteínas, el consumo excesivo de tabaco y alcohol son algunas de las causas conocidas que producen osteoporosis, enfermedad que compromete la densidad y calidad de los huesos afectando a millones de personas en todo el mundo.
Pero ahora, el trabajo preliminar de científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, encabezados por el profesor Raz Yirmiya, del departamento de Psicología, sugiere que en el futuro el tratamiento de la osteoporosis debería, en algunos casos, abordar el funcionamiento cerebral y la realidad psicológica del paciente.
Al estudiar la conexión entre el cerebro, los estados mentales y el esqueleto, en un experimento realizado con roedores, Yirmiya y un equipo de colaboradores demostraron que la depresión es un factor importante que, en combinación con otras variables, es capaz de producir osteoporosis, según revela la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences de octubre.
Con el propósito de analizar la relación entre la depresión y la disminución de la masa ósea, los investigadores indujeron en los roedores síntomas similares a los que manifiestan los seres humanos cuando están deprimidos, por ejemplo, una reducción de las actividades placenteras y de la interacción social. Después de cuatro semanas, los animales experimentaron una significativa pérdida ósea.
Los científicos creen que el sistema nervioso simpático (SNS) actúa como mediador entre la depresión y los efectos que ésta produce en los huesos. El SNS es parte del sistema nervioso autónomo, un sistema eferente e involuntario que transmite impulsos desde el sistema nervioso central hacia los órganos periféricos.
A través del SNS, la depresión produce un aumento de los niveles de un neurotransmisor llamado norepinefrina en el tejido óseo. Ese incremento produce una dramática reducción del número de células formadoras de tejido óseo, los osteoblastos.
Mediante el empleo de antidepresivos basados en el fármaco propranolol, Yirmiya y sus colaboradores lograron bloquear los efectos de la norepinefrina. La droga le puso fin a la depresión y también detuvo la pérdida ósea en los ratones.
Esta investigación, que deberá profundizarse, podría llevar a la elaboración e incorporación de fármacos más eficaces en el tratamiento de una enfermedad tan compleja como la osteoporosis.