Una investigación del Ministerio de Salud chino descubrió que el primer rebrote de polio que sufrió aquel país, luego de que haberse librado de la enfermedad, se debió a un virus derivado de la propia vacuna que se utiliza para prevenirla. Según los investigadores, el virus mutó mucho más rápido de lo esperado y tomó como blanco a niños de una zona pobre con bajo nivel de inmunización. Expertos del Instituto Malbrán aseguran que si la región hubiese tenido alta cobertura de Sabin, el brote no habría ocurrido y que el sistema argentino se mantiene alerta.
(25/08/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – El primer rebrote de poliomielitis registrado en China, luego de haber erradicado la enfermedad diez años atrás, ocurrió por una peligrosa mutación del virus vivo debilitado con el que se prepara la vacuna oral para prevenir su contagio, según informó Scidev.net.
La conclusión es el resultado de un estudio conducido por Yu Jingjin, vicedirector del Departamento para el Control de Enfermedades del Ministerio de Salud chino. Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Infectious Diseases la semana pasada.
La mutación puede generar un brote
China recibió la certificación oficial de erradicación de la polio hace seis años, pero en 2004 se produjeron seis casos infantiles de parálisis repentina y duradera en Guizhou, la provincia más pobre del país.
El estudio del Ministerio de Salud revela que los niños se infectaron con un virus de características genéticas similares al que se utiliza en la vacuna oral contra la poliomielitis, conocida como Sabin. El preparado es un derivado del virus vivo de la polio, que se atenúa para que genere en el organismo anticuerpos contra la enfermedad sin llegar a producirla. El estudio indica que el virus de la vacuna mutó y recuperó la virulencia a una velocidad que muchos científicos consideraban hasta ahora imposible.
“Estas mutaciones son frecuentes en virus como el polio, ya sea salvaje o vacunal. Los virus ‘Sabin derivados’ tienen una diversidad genética que los aleja del vacunal que les dio origen y que les permite recuperar características fenotípicas del salvaje como la de producir parálisis y diseminarse rápidamente en la población susceptible produciendo la aparición de brotes”, explica la doctora María Cecilia Freire, jefa del Servicio de Neurovirosis del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas-ANLIS “Dr. Carlos Malbrán”, Centro de Referencia de Poliomielitis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Cono Sur y Bolivia.
La OMS establece que se debe lograr una cobertura superior al 95 por ciento para sostener la erradicación de la poliomielitis. En China, el nivel promedio de inmunización de la población roza el 90 por ciento, pero en la provincia de Ghizou apenas alcanza el 72. En 2004 se comprobó que ninguno de los chicos infectados había sido vacunado, por lo que se realizó una campaña de inmunización para todos los menores de cinco años, luego de la cual no se volvieron a registrar parálisis similares.
La batalla mundial por la cobertura total
“Si los chicos hubiesen estado vacunados no se habrían contagiado, porque el virus no habría encontrado sustrato para replicar y sobre todo diseminarse”, explica la doctora Freire, del Instituto Malbrán y agrega: “De hecho, en 1998 ocurrió un caso en Pergamino, provincia de Buenos Aires, producido por un virus Sabin derivado en un niño inmunosuprimido. Pero el virus no se diseminó ya que el lugar tenía cobertura superior al 95 por ciento con las tres dosis de Sabin recomendadas”.
La poliomielitis fue erradicada en buena parte del mundo gracias a los programas de inmunización generalizados a partir de la década de 1960. En la Argentina, el último caso de polio ocurrió en 1984. El continente americano quedó totalmente libre del virus diez años más tarde. El chino fue el quinto caso mundial de rebrote del virus como derivación de la propia vacuna. Antes pasaron por la misma situación Madagascar, Filipinas, la Isla la Española y Camboya.
En Argentina se mantiene la vigilancia
El Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación tiene en marcha un Programa Nacional de Erradicación de virus polio y trabaja desde 1980 en forma conjunta con el laboratorio del Malbrán y el resto del país para detectar cualquier nuevo caso.
“El Programa hace un seguimiento continuo de los casos de parálisis aguda fláccida y en especial de aquellos que tienen aislamiento de polio vacunal en la materia fecal. El virus derivado de la vacuna se elimina igual que el salvaje por materia fecal y su solo hallazgo no implica que esté relacionado con la parálisis”, explica la doctora Freire.
La especialista no descarta que lo mismo que ocurrió en China y otros países del mundo pueda suceder en la Argentina en sitios con baja cobertura. “En el laboratorio estudiamos de rutina todos los virus polio vacunales aislados y tenemos un método específico para detectar estos virus Sabin derivados. Si ocurriera, se informaría inmediatamente al sistema de salud y se haría la secuenciación genómica del virus para confirmar el diagnóstico”, sostiene.
Freire destaca que para evitar estos hechos hay que mantener la cobertura de vacunación recomendada y sostener la vigilancia de las parálisis. “Tanto la OPS como la OMS llevan el registro de todos los brotes y los casos aislados, con los estudios virológicos y epidemiológicos realizados. Hay una vigilancia mundial continua de la circulación de estos virus”, agrega.
Por qué vacunar con Sabin
En 2003, la OMS recomendó discontinuar el uso de preparados con el virus vivo para la inmunización de la población infantil una vez erradicada la enfermedad y reemplazarlos por vacunas fabricadas con el virus inactivado, que es más seguro, pero cuesta mucho más por dosis.
“La vacuna por indicación de la OMS sigue siendo la Sabin. Mientras no se erradique el virus del mundo se debe seguir vacunando con ella. Sin embargo, hay países que emplean esquemas secuenciales (primeras dos dosis con la inyectable Salk y las restantes con Sabin). En Argentina se vacuna con Sabin, pero en vacunatorios privados se hacen esquemas secuenciales o sólo se aplica Salk”, dice Freire.
¿Por qué la vacuna Sabin es la mejor opción? La especialista del Malbrán explica que esta vacuna se disemina en la población con el virus salvaje, lo que permite inmunizar de manera silenciosa a los niños no vacunados que estén en contacto con los vacunados, algo que no ocurre con la vacuna inactivada Salk. De esta manera, aumenta el nivel de protección de la población infantil y se evita no sólo que puedan ocurrir brotes por uno de estos virus, sino también que se reintroduzca el virus salvaje de regiones en las que todavía circula de forma endémica.