Desde hace tiempo, grupos de activistas que niegan rotundamente la conexión entre el VIH y el Sida argumentan su posición a través de Internet. Un artículo publicado en la revista PLOS Medicine analizó estos movimientos “negacionistas”, que tienen fuerza en países como Sudáfrica, Estados Unidos y Australia, creando un serio peligro para la salud.

(23/8/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – A diferencia de hace unos 25 años, cuando se detectaron los primeros casos de VIH/Sida, hoy existen cada vez más drogas para tratar a los pacientes afectados. Y, como resultado, la expectativa de vida de las personas que acceden al tratamiento también ha aumentado.

Sin embargo, aún quedan voces que rechazan los conocimientos científicos totalmente comprobados sobre la causa de esta epidemia mundial. Algo que preocupa a los expertos en prevención, sobre todo por el poder de difusión de estos mensajes a través de Internet.

En países como Sudáfrica, Estados Unidos y Australia, existen grupos de activistas que niegan que exista una relación de causa/consecuencia entre el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Y pregonan ante sus seguidores que todo lo que saben los científicos sobre el tema es, simple y llanamente, falso. ¿Su herramienta principal de difusión? Los sitios web.

“Es notable que, 23 años después de la identificación del VIH, aún haya una negación de que el virus es la causa del Sida. Esta negación fue realzada a nivel internacional en 2000, cuando el presidente de Sudáfrica Thabo Mkebi reunió a un grupo de panelistas para discutir sobre el Sida, y admitió que no estaba convencido de que el VIH era la causa”, dicen los autores de un artículo sobre el tema publicado esta semana en la revista PLOS Medicine.

¿Dónde se había asesorado el entonces presidente sudafricano para creer que el VIH no es el causante del Sida? En Internet. “Como estos desafíos a las teorías establecidas se han manifestado fuera de la literatura científica, muchos médicos e investigadores se han dado el lujo de ignorarlos como creencias marginales y por lo tanto inconsecuentes. Así, Internet es un medio fértil, sin presencia de árbitros, donde se pueden difundir estas creencias”, afirman en su artículo Tara Smith y Steven Novella.

Líderes controversiales

Según un relevamiento realizado por ambos investigadores, del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Iowa, y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, en la actualidad hay varios grupos, en los Estados Unidos, que lideran el movimiento “negacionista” en Internet (su base es negar que el Sida es causado por un virus, y por lo tanto rechazan los tratamientos anti-VIH).

Uno de los grupos se llama “Alive and Well” (en español, “Vivos y bien”), y tiene como líder a Christine Maggiore, quien en 1992 recibió el diagnóstico de ser portadora de VIH. “Maggiore afirma que ha estado libre de síntomas del Sida durante los últimos 14 años sin haber usado drogas antiretrovirales”, destacan Smith y Novella.

La mujer decidió tener a sus dos hijos, y amamantarlos, sin utilizar drogas anti-VIH, agregan los investigadores en su artículo. Es decir, sin prevenir la transmisión vertical -de madre a hijo– de este virus. Una de las hijas de Maggiore, Eliza Jane, murió en septiembre de 2005 a causa de una neumonía asociada al VIH. Sin embargo, Maggiore sigue afirmando que ese virus no fue la causa de la muerte de su hija. Y continúa difundiendo su mensaje a través de Internet.

Desinformación peligrosa

Las investigaciones científicas realizadas durante las últimas dos décadas en países de todo el mundo demuestran que el virus VIH es la causa del Sida. Y hace siete años, alrededor de 5.000 científicos firmaron la “Declaración de Durban”, publicada en la prestigiosa revista Nature, donde se afirma la conexión entre VIH y Sida.

Pero no es razón suficiente para convencer a quienes se niegan a creerlo. “Como alguien que ha sido criado por padres que me enseñaron desde joven a nunca creer en algo sólo porque `todo el mundo acepta que es verdad`, no puedo seguir sentada y no hacer nada, contribuyendo a esta locura”, afirma Rebecca Culshaw, otra activista de los movimientos “negacionistas” que desconfían de la ciencia.

Claro que esa desconfianza también tiene su costado económico. Hay quienes sugieren que el uso de drogas, la contaminación y hasta el stress son las verdaderas causas del Sida. Y ofrecen tratamientos alternativos para curar a los pacientes. Según el artículo de PLOS, llegan a cobrar US$100 la consulta en los Estados Unidos. Y tienen, claro está, sitios web para argumentar sus creencias.

“Como muchas de las afirmaciones de estos movimientos se encuentran en libros o en Internet en vez de en publicaciones científicas, muchos científicos no están al tanto de la existencia de grupos ‘negacionistas’, o piensan que pueden ignorarlos como grupos marginales”, afirman los investigadores. Y agregan: “Sin embargo, muchos miembros del público general no tienen una base científica para criticar las afirmaciones hechas por estos grupos”.

Además, Smith y Novella citan una editorial publicada recientemente en la revista Nature Medicine, en la cual se enfatiza la necesidad de contrarrestar los mensajes de desinformación difundidos por estos movimientos.

Los investigadores, destacan en su artículo que en la actualidad es fundamental no perder de vista el poder comunicativo de Internet. Y, por otro lado, los escasos conocimientos del público en general sobre cómo trabaja la ciencia.

“Debemos esforzarnos todos para hacer nuestra parte y hacer a la ciencia accesible para el público general, y explicar el proceso en el cual la evidencia científica es reunida, analizada y eventualmente aceptada, y las academias científicas deberían proveer un mayor incentivo para brindar tiempo y esfuerzo en esta tarea”, destacan los autores del artículo en PLOS.

Y concluyen: “Una comprensión sólida del método científico puede no llegar a eliminar el ‘negacionismo’ pero puede actuar como una barrera contra la futura propagación de este tipo de creencias”.

Links con información sobre VIH/Sida: http://www.aidstruth.org/Ascher93.pdf

RECUADRO

AJO, ACEITE DE OLIVA Y LIMÓN, EN RIDÍCULO

La Academia de Ciencia de Sudáfrica salió a desmentir el miércoles (22 de agosto), una declaración sobre VIH/Sida que había realizado recientemente el ministro de Salud de ese país, Manto Tshabalala-Msimang. Lo hizo mediante la presentación de un informe realizado por un panel de expertos.

¿Qué había hecho la máxima autoridad en materia de salud en Sudáfrica? Tshabalala-Msimang aseguró que las drogas antiretrovirales no debían ser consideradas el único tratamiento para combatir el VIH/Sida. Y promocionó alimentos como el ajo, el limón, el aceite de oliva y la papa africana como alternativas a la medicación, según informaron varios medios de prensa internacionales.

Barry Medelow, uno de los autores de ese documento de 300 páginas, destacó: “El panel ha concluido que ningún alimento, ni componente realizado con alimentos, ni tampoco un suplemento alimentario ha sido identificado por ningún estudio fiable como una alternativa a la medicación apropiada”.

Más allá de las propiedades nutritivas de los alimentos como el ajo y el aceite de oliva, que incluso pueden ayudar a reforzar el sistema inmune del ser humano, los expertos señalaron que de ninguna manera pueden reemplazar las drogas que son utilizadas para combatir al virus VIH.

Sudáfrica es el país con más personas infectadas con VIH. Alrededor de 500.000 de las 5,3 millones de personas infectadas en ese país necesitan tratamiento para poder combatir el avance de ese virus, según la revista Nature. El acceso a las drogas anti-VIH pasa a ser una cuestión de vida o muerte.