Si existieran métodos para detectar tumores de ovario del tamaño de un grano de pimienta, las tasas de mortalidad se verían reducidas en un 50 por ciento, indica un estudio realizado por investigadores del Instituto Médico Howard Hughes, en Estados Unidos. Un equipo de especialistas de esa institución llegó a esa conclusión luego de analizar en el laboratorio muestras de tejido de mujeres en apariencia sanas pero con alto riesgo genético para ese tipo de cáncer. La opinión de una experta argentina del Hospital Ángel Roffo.
(12/08/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir).- Para reducir las tasas de mortalidad por cáncer ovárico en un 50 por ciento, se necesitaría un análisis de detección temprana para poder detectar de forma confiable tumores del tamaño de un grano de pimienta, indica un estudio publicado en la revista PLoS Medicine.
Esa investigación, realizada por especialistas del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI, según sus siglas en inglés), en Estados Unidos, demuestra que la mayoría de los tumores ováricos en estadios tempranos tienen, durante años, un tamaño que es mil veces más pequeño del que los análisis existentes pueden detectar con confiabilidad.
Patrick O. Brown, investigador del HHMI, y sus colegas, decidieron investigar los primeros estadios de los tumores ováricos. Para ello, analizaron datos de tumores ováricos de tipo seroso –es el cáncer ovárico más frecuente- que fueron descubiertos cuando mujeres aparentemente sanas con alto riesgo genético para ese tipo de cáncer se quitaron profilácticamente los ovarios y las trompas de Falopio.
En aquellos tejidos que presentaban células cancerosas, la mayor parte de los tumores eran de tamaño microscópico y no podían ser detectados mediante examen ocular, sin utilizar el microscopio. Al considerar esta problemática, los investigadores pudieron desarrollar un modelo de cómo los tumores crecían y progresaban. “Esencialmente estamos intentando construir una historia que refleje los datos sobre cómo progresan estos tumores”, explica Brown.
El trabajo puso en evidencia que los tumores ováricos serosos existen por lo menos
cuatro años antes de que se diseminen y que es dos veces más probable que estos tumores tempranos estén en las trompas de Falopio que en los ovarios.
Para reducir a la mitad la mortalidad de esta forma de cáncer, una prueba anual de detección temprana necesitaría detectar tumores de cinco milímetros de diámetro, sugieren los resultados de la investigación publicada en PLos Medicine.
Los investigadores del HHMI consideran que el tipo de investigación que realizaron sobre los estadios iniciales del cáncer de ovario contribuye al diseño de una estrategia temprana de detección.
Hacia mejores diagnósticos
De acuerdo con la doctora Berta Roth, directora General del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo, “el 70 por ciento de los carcinomas de ovario se detectan en estadios avanzados y pese a la buena respuesta a la terapéutica disponible, los resultados a largo plazo siguen siendo insatisfactorios.”
“En la actualidad no se cuenta con métodos de detección precoz del cáncer de ovario. Las pruebas más utilizadas como la medición del marcador sanguíneo tumoral sérico CA 125 y la ecografía transvaginal carecen de la sensibilidad y especificidad necesaria para su recomendación en las mujeres con riesgo normal”, afirmó a la Agencia CyTA la doctora Roth que también se desempeña como presidenta de la Asociación Argentina del Cáncer. Y agregó: “Por ese motivo se están buscando diversos métodos que aumenten la capacidad de detectar la enfermedad en estadios tempranos y potencialmente curables. Estas pruebas incluyen la detección en suero y en secreciones ginecológicas de sustancias producidas por el tumor, detección de moléculas de ARN mensajero (moléculas que contienen información del ADN y que luego se traducen en proteínas específicas), así como también la determinación en suero de proteínas específicas que permitan identificar la presencia de tumores. Todas están, aún, en fase de investigación clínica.”
Desde el punto de vista de Roth, el estudio de HHMI es interesante porque demuestra a través de análisis estadísticos la historia natural de los carcinomas serosos ováricos en su etapa pre-clínica. “Sin embargo debemos siempre interpretar los resultados valorando que se trató de un grupo pequeño de pacientes, en total 37, y con comportamiento biológico diferente por tratarse de mujeres con un mutación genética denominada BCRA1, que predispone a ese tipo de cáncer.”
A diferencia de lo que ocurre con el cáncer de ovario, para el cual no se han desarrollado métodos de detección precoz, en la actualidad se cuenta con herramientas para la detección temprana de numerosas patologías oncológicas como cáncer de mama, cáncer de cuello uterino, cáncer de colon y de próstata. “Es un desafío pendiente de nuestro sistema de salud y de la sociedad en su conjunto el acceso de toda la población en riesgo a dichos métodos”, afirmó la doctora Roth.
Si bien aún no se han elaborado estudios de detección precoz de cáncer ovárico, la especialista destaca que se están realizando grandes avances en materia de técnicas diagnósticas y terapéuticas. “Es preciso mejorar el abordaje de este tipo cáncer. A pesar de estos desafíos, hay que destacar que las herramientas que estamos empleando en la actualidad aumentan notablemente la sobrevida y la calidad de vida de nuestras pacientes. Los controles ginecológicos anuales y la consulta médica oportuna, ante la aparición de signos y síntomas ginecológicos o abdominales continúan siendo las mejores medidas hasta el momento”, subrayó.
RECUADRO
PREVALENCIA DE CÁNCER OVÁRICO EN LA ARGENTINA
En la Argentina solamente se poseen tasas de mortalidad por cáncer careciéndose de tasas de prevalencia o incidencia.
Según señala la doctora Berta Roth, Directora General del Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo”, la tasa de mortalidad en Argentina es de 4/100.000 mujeres, ubicándose en la segunda causa de muerte por cáncer ginecológico. Sólo existen registros de incidencia de cáncer de ovario en las ciudades de Concordia y Bahía Blanca, siendo de 7,3 casos cada 100.000 mujeres.