Un trabajo de alumnos de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional del Noreste deja entrever la desatención que sufren los pacientes hospitalizados imposibilitados de higienizarse por cuenta propia. En algunos centros de salud ni siquiera habría encargados de cumplir esta tarea y las afecciones orales suelen ser comunes durante la internación. Tampoco las personas con discapacidades mentales y motrices reciben un buen cuidado bucal.
(26/10/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por José Goretta – UNNE) – En el marco de la XXII Jornadas Odontológicas Estudiantiles realizadas en la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional del Noreste (UNNE) un trabajo abordó la situación en particular de dos grupos vulnerables: los pacientes hospitalizados y las personas con discapacidades severas. Según sus autores, el estudio apunta a analizar un tema al que no se presta mucha atención, pero que termina generando serias complicaciones para los pacientes.
Para la prevención odontológica en pacientes hospitalizados, una vez determinada la afección y confeccionada la historia clínica, corresponde realizar acciones relacionadas con técnicas de cepillado, uso de enjuagues bucales e hilo dental.
El asesoramiento de la higiene bucal forma parte de la salud general de manera que los hospitales deberían otorgar a cada paciente un recipiente con cepillos dentales, hilo dental, dentífricos, irrigadores bucales y otros métodos químicos donde se utiliza clorhexidina y los fluoruros.
Para los investigadores, tendría que existir personal odontológico permanente y las enfermeras de guardia deberían encargarse del cepillado diario, además de la continua aplicación de clorhexidina y fluoruro para disminuir inflamación de gingivitis y el desarrollo de caries.
Acciones prioritarias en salud pública
Gabriel Schneeberger Sponton, uno de los autores del trabajo, explicó que se observa una necesidad de mayor atención a pacientes hospitalizados, ya que este descuido suele ser motivo de la aparición reiterada o común de afecciones odontológicas durante la internación de personas. \”Pareciera ser que si alguien está internado no debe cuidarse la salud bucal\”.
Remarcó que la experiencia en hospitales de la región demuestra esta desatención por parte de los profesionales y de los mismos familiares que asisten al paciente.
En el trabajo se exponen cuidados que debe darse a las personas con discapacidades mentales o parapléjicas, y a los de cuidado parcial como amputados y afectados motrices.
Esta situación que se da en los centros de salud se repite también en la gran población de personas con capacidades diferentes, lo que explicaría la falta de conciencia en cuidar la salud oral de aquellos que por cuenta propia no puede hacerlo. \”La única limpieza (bucal) que reciben es por el agua que consumen, y a lo sumo algunos enjuagues\”, puntualiza Schneeberger Sponton.
Muchos de los problemas ocasionados por la discapacidad van acompañados por problemas dentarios severos. La capacidad masticatoria de muchas personas con discapacidades está tan comprometida que se los alimenta con una dieta blanda, que en la mayoría estimula la aparición de caries.
También se observó que una gran cantidad de personas con discapacidades permanecieron gran parte de su vida institucionalizados y no recibieron la atención odontológica de rutina. Por eso, las personas con discapacidades presentan un desafío y requiere preparación especial antes que el odontólogo y su personal puedan brindarles una atención aceptable. Muchos odontólogos se sienten incómodos en el tratamiento de éstas personas si no los conocen, siendo un problema para el tratamiento esencial.
Actualmente, en lo que respecta a la odontología, existen profesionales interesados de manera individual, pero aún en el ámbito institucional dista mucho de lo deseado.
El odontólogo que sea capaz de evaluar las necesidades y manejar clínicamente a las personas con discapacidades y los hospitalizados debe tener conocimiento de la situación del paciente en cuanto a salud general, así como también la bucal.
Aunque en el trabajo no se realizó un estudio de casos ni se registraron datos estadísticos, los autores concluyeron que se requiere una política pública para revertir la situación en centros hospitalarios, y una convicción familiar para asistir las personas con capacidades diferentes y a los internados.