Un aporte de físicos de la India podría colaborar a disminuir la desigualdad económica. De acuerdo con un reciente estudio, la desigual distribución de la riqueza en la sociedad estaría en correspondencia con una ley natural semejante a la que describe la distribución de energía en un gas. El intercambio de las riquezas y el choque de las moléculas en un gas son para estos científicos procesos aleatorios o al azar.
(19/6/07 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – Las economías mundiales muestran similitudes en las inequidades sociales, desde los tiempos antiguos hasta los países actuales. Los científicos Arnab Chatterjee y Bikas Chakrabarti del “Saha Institute of Nuclear Physics”, junto a Sitabhra Sinha del “Institute of Mathematical Sciences”, ambos en la India, analizaron una variedad de modelos que explicarían diferentes grupos de datos y encontraron similitudes asombrosas.
Los resultados muestran que la mayor parte de la población más pobre sigue una distribución, mientras que una pequeña proporción de los más ricos se desvía en una cola que sigue otra distribución de una ley ascendente, que refleja fundamentalmente cómo los ricos se hacen más ricos.
El estudio, publicado en Current Science y titulado “Economic inequality: Is it natural?”, tomó una gran cantidad de datos de fuentes tales como los reportes de controles de los ingresos y valores netos de riquezas en sociedades como las de los Estados Unidos, India, Japón, Reino Unido y la de Europa en el siglo XIX. Los datos, obtenidos de un gran número de publicaciones recientes por varios grupos de investigación, fueron representativos de las diferentes economías y etapas de desarrollo.
Así, el 90-95% de la población con niveles más bajos de ingresos siguió una distribución logarítmica normal caracterizada por un rápido incremento inicial en la población para luego caer rápidamente a medida que el ingreso se incrementó. El 5-10% de la población con niveles altos se desvió de la distribución de la mayoría, presentando una frecuencia mayor de ocurrencia y, por lo tanto, los científicos descubrieron más gente rica que lo esperado al usar ese modelo. Estos grupos siguieron una ley ascendente con un exponente denominado “exponente de Pareto”, en honor a Wilfredo Pareto (1848-1923), economista y sociólogo italiano que en la década de 1890 observó el fenómeno en la distribución de ingresos en varias sociedades con muy diferentes grados de desarrollo.
Al comparar los ingresos y distribuciones de riqueza con el modelo físico denominado distribución de Gibbs, los científicos encontraron que el modelo económico del 90-95% más pobre encajaba muy bien en esa ley natural. Propuesta a fines del siglo XIX por el físico estadounidense Josiah Willard Gibbs (1839-1903), dando inicio al desarrollo de la mecánica estadística, la distribución que lleva su nombre es un modelo termodinámico que describe la distribución de energía en un gas ideal en equilibrio.
El modelo económico y el modelo del gas comparten características básicas. El proceso de intercambio de dinero puede verse como un proceso de choque entre moléculas, en el que ambos se conservan a través del tiempo. Aunque el intercambio de dinero parezca no ser aleatorio, dentro de un contexto global, los científicos muestran que el intercambio de las riquezas y el choque de las moléculas son realmente procesos aleatorios o al azar.
Según los autores del trabajo, a medida que un individuo se hace rico, se genera un efecto de retroalimentación por el cual es más factible que gane en una transacción mucho más que un individuo pobre, resultando en una acumulación de riquezas, como se manifiesta en la cola de la ley ascendente del modelo.
Si bien ambos modelos explican las características de la distribución de ingresos, la distribución de Gibbs parece adaptarse mejor a los datos que la distribución logarítmica normal, preferida por muchos economistas.
Además de los dos modelos, los científicos también descubrieron otros sugestivos resultados. Cuando compararon los valores totales de riqueza con ingreso, encontraron que la riqueza se distribuye en forma mucho más inequitativa que el ingreso. Aunque el modelo muestra una desigualdad en todos los agentes económicos de una sociedad, los hallazgos de los científicos podrían suministrar una pauta para que los expertos mundiales traten la distribución de la riqueza en forma más pareja.
Dado que los individuos más ricos demuestran ciertas características en los comportamientos de ahorro y prosperidad, los investigadores explican que se podrían forjar ciudadanos de una sociedad que sea más igualitaria en términos financieros. Una forma de lograrlo, sugieren, sería modificar los patrones de ahorro de los individuos para que tengan una gran proclividad al ahorro.
La física teórica y los mercados
Los modelos que se estudiaron en la física más de 100 años atrás, en este caso la teoría cinética de los gases, ayudan a entender y formular el comportamiento habitual de los mercados.
A principios de 2006, físicos teóricos de muchos países se congregaron en el “Saha Institute of Nuclear Physics”, en Kolkata, India, para exponer sus investigaciones en las fluctuaciones existentes en los mercados mundiales. Los investigadores Chatterjee y Chakrabarti, pertenecientes al instituto, editaron las conferencias y publicaron un trabajo con las líneas de investigación que aglutinan a la economía y la física.
Las fronteras de la física hoy son ilimitadas y los físicos teóricos se interesan en casi todos los fenómenos. Además, se debe tener en cuenta la enorme aplicación de herramientas desarrolladas por la física en los últimos siglos, que contribuyó a la comprensión de muchos fenómenos interdisciplinarios. No es extraño que –desde hace ya considerable tiempo- los físicos trabajen en biología, y las ciencias sociales no escapan a su predilección.
El primer Premio Nóbel en Economía, en 1969, fue obtenido por un físico: el holandés Jan Tinbergen, cuyas ideas de usar las herramientas de la física para enfrentar problemas de la economía había aplicado en su tesis de doctorado. Más tarde, el trabajo de Paul Samuelson (Nóbel en 1970) en el desarrollo de la teoría del equilibrio de la oferta-demanda se basó en la mecánica de Newton; lo que fue seguido por la labor de Kenneth Arrow, Nóbel en 1972. Y George Stigler, Nóbel en 1982, fue el primero en efectuar simulaciones de Monte-Carlo de los mercados financieros.
¿Por qué los físicos son atraídos por ciencias sociales como la economía? Quizás la respuesta resida en la rica base y experiencia que tienen para formular una variedad de fenómenos complejos como los sistemas físicos. Las herramientas de análisis que usan les proveen seguridad al acometer problemas de la economía. El conocimiento de la física les ayuda a observar sistemas tan complicados como los mercados financieros en una forma completamente diferente a cómo lo hacen los economistas.
Y si de disquisiciones se trata, otro Premio Nóbel de Economía, John Hicks, en su obra “Causalidad en Economía” analizó la relación del método científico con el método económico. Dentro de las frecuentes disputas en el campo de la filosofía de la ciencia, Hicks reconocía que la complejidad de la economía necesitaba de modelaciones que se utilizan en los sistemas biológicos y físicos, considerando una “invasión científica” al creciente uso de la probabilidad y técnicas estadísticas en la economía.
Conceptos comunes de la física se usan actualmente en el análisis financiero, y el análisis empírico de los mercados tiene un nuevo matiz con las herramientas de la física teórica. La experiencia de ajustar sistemas complicados ha sido exitosa en muchos casos.