Un estudio epidemiológico realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba revela que el cáncer colorrectal afecta más a los hombres que a las mujeres de esa provincia. Los autores del trabajo destacan que una alimentación saludable y la práctica regular de actividad física, junto a otros factores, podrían tener un efecto beneficioso en la prevención del cáncer.
(26/04/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el cáncer de colon y de recto están entre los tipos más frecuentes de cáncer a nivel mundial. Un estudio, realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), revela que en esa provincia de la Argentina las tasas de mortalidad anuales por cáncer de colón y de recto son de 17.3 y 14.8 por 100 mil habitantes, para hombres y mujeres, respectivamente.
Los resultados de este trabajo, realizado por la licenciada y becaria del CONICET, Sonia Pou y la doctora María del Pilar Díaz (Escuela de Nutrición, Facultad de Ciencias Médicas, UNC), fueron publicados en Cancer Epidemiology, en diciembre de 2009. También participaron en la investigación los doctores Alberto Osella, del Laboratorio de Epidemiología y Bioestadística del IRCCS Saverio de Bellis (Bari, Italia) y el profesor Aldo Eynard (Facultad de Ciencias Médicas, UNC y CONICET).
La coordinadora del estudio, la doctora María del Pilar Díaz, señaló a la Agencia CyTA que “el comportamiento temporal de la mortalidad de este tipo de cáncer muestra que las tasas de mortalidad por cáncer de colon presentan una tendencia decreciente desde 1986 a 2006 en mujeres, la que se acentúa a partir de 1996. En este último segmento se estimó un descenso anual en las tasas de 2,1 por ciento. Esta tendencia favorable no se observó en la población masculina.” Los investigadores analizaron series de mortalidad provistas por el Ministerio de Salud de Córdoba e información demográfica divulgada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, para el cálculo de las tasas de mortalidad total y para cada departamento provincial.
El trabajo mostró que si bien en ambos sexos las tasas de mortalidad aumentaron conforme aumentaba la edad, como se espera en enfermedades crónicas como el cáncer, este efecto fue más marcado en hombres. “En este grupo, las generaciones más recientes tendrían un mayor riesgo de morir por cáncer de colon, contrariamente a lo observado en mujeres en los últimos años”, destacó Pilar Díaz. Y agregó:”Las diferencias observadas entre ambos sexos en las tendencias de mortalidad por cáncer de colon podrían reflejar el hecho de que las mujeres hayan adoptado, en los últimos años, conductas más saludables respecto al auto-cuidado de su salud y en sus hábitos alimentarios. Sin embargo, es necesario seguir investigando para poder identificar asociaciones causales con otros factores que ayuden a explicar esa diferencia”.
Alimentación y cáncer colorrectal
Un sinnúmero de investigaciones han establecido una relación entre alimentación y cáncer. En la ciudad de Córdoba, la doctora Alicia Navarro y colegas de la UNC realizaron un estudio epidemiológico de tipo caso-control, sobre alimentación y cáncer colorrectal, en virtud del cual reportaron que el consumo habitual de carnes rojas, y de acuerdo a su contenido graso, produce diferentes patrones de riesgo. Este y otro trabajo publicado respectivamente en 2003 y 2004 en Nutrition, señala que “el aumento del riesgo está asociado también con la temperatura de cocción de las carnes en contacto cercano con la fuente de calor, es decir, el riesgo está asociado a la producción de costra tostada en cocción por método seco”, indica Pilar Díaz. En este caso, un estudio caso-control es una investigación epidemiológica, en la cual se selecciona un grupo de personas con una determinada patología y, comparando con las características de otro grupo que no padece esa enfermedad, se indaga sobre su estilo de vida para identificar determinadas relaciones entre causas y efectos.
Otros hallazgos del mismo grupo, encabezado por la doctora Navarro, indican al consumo excesivo de alcohol como un factor promotor de cáncer colorrectal. Los resultados de este trabajo fueron publicados en la revista científica The European Journal of Cancer Prevention en 1998. “Por otra parte, el mismo grupo de investigación observó que la ingesta de vegetales y frutas crudas tienen un efecto protector, es decir, disminuirían el riesgo de padecer cáncer de colon y de recto. Esta información está en concordancia con la evidencia difundida a nivel mundial en 2007 por el Fondo Internacional para la Investigación del Cáncer (WCRF, según sus siglas en inglés) y el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos. La literatura actual en este tema es convincente acerca del efecto promotor de la ingesta de carnes rojas, carnes procesadas y bebidas alcohólicas, y de la grasa corporal (total y abdominal)”, puntualiza Pilar Díaz. Y agrega: “La actividad física, el consumo de alimentos ricos en fibra y lácteos se sugieren, en cambio, como factores alimentarios con probable efecto protector.”
La epidemiología del cáncer exige un abordaje multidisciplinar y pasa obligadamente por el control de la exposición ambiental, subraya Díaz. “A partir de los resultados obtenidos en nuestro estudio, consideramos necesario que los distintos actores sociales aunemos esfuerzos para el desarrollo de estrategias preventivas orientadas a promover la adopción de hábitos de vida saludables en la población en general, y en los grupos identificados como vulnerables, en particular. En términos generales, esto incluye la promoción de una alimentación saludable, actividad física regular y la erradicación del hábito de fumar, todo lo cual podría tener un efecto beneficioso en la prevención de patologías crónicas como el cáncer”, concluye la investigadora de la UNC.
Una alimentación saludable y la práctica regular de actividad física, junto a otros factores, podrían tener un efecto beneficioso en la prevención del cáncer.
Créditos: Harvard University