Un equipo internacional de científicos descubrió ocho nuevas moléculas biológicas complejas en el espacio interestelar mediante el empleo del telescopio Robert C. Byrd Green Bank. Los resultados pueden ofrecer datos sobre cómo surgió la vida en nuestro planeta y demuestran que la química que le dio origen sigue trabajando en el Universo.
(25/09/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)– Astrónomos de diversos países realizaron una investigación conjunta para detectar en el espacio moléculas complejas que son precursoras de la vida. Encontraron ocho tipos diferentes en nubes gigantes de gas y polvo a partir de las cuales nacen las estrellas y los planetas.
Esas nuevas moléculas identificadas por el telescopio Robert C. Byrd Green Bank (GBT según sus siglas en inglés) elevan a 141 el número de distintos tipos de moléculas encontradas en el espacio interestelar. El GBT, dotado con detectores muy sensibles, fue capaz de localizarlas porque registró las radiaciones que emitían.
Un equipo de astrónomos de Noruega, Ucrania y Francia y Estados Unidos encabezados por Jan M. Hollis, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, describen los hallazgos de su estudio en ocho ediciones separadas de la revista científica The Astrophysical Journal publicados recientemente.
En relación al descubrimiento logrado gracias a la tecnología del GBT, Hollis afirma que “se trata de una hazaña sin precedentes en 35 años de historia en la búsqueda de moléculas complejas en el espacio y sugiere que existe una química prebiótica universal.”
La química prebiótica se refiere a las fases de la evolución físico-química anteriores a la aparición de los seres vivos.
Los investigadores encontraron las moléculas en dos nubes interestelares. La acetamida, ciclopropenona, propenal, propanal y cetenimina fueron halladas en una nube conocida como Sagitarius B2(N) que está en el centro de la Vía Láctea, a unos 26 mil años luz de la Tierra. Hasta ahora esta zona de formación de estrellas es considerada como el depósito más grande de moléculas complejas interestelares.
Las moléculas metil-ciano-diacetileno, metil-triacetileno, y cianoaleno se hallaron en la Nube Molecular de Tauro (TCM-1), a una distancia relativamente cercana de 450 años luz. Los especialistas suponen que la nube TMC-1 podría eventualmente evolucionar hacia una región de formación de estrellas.
Aproximadamente un 90 por ciento de esas moléculas interestelares contienen carbono, un elemento que se requiere para que una molécula sea clasificada como orgánica, es decir, están relacionadas con la vida.
En una investigación previa también se halló en el espacio glicolaldehído, un azúcar simple que puede formar ribosa y glucosa si se une a otras moléculas. La ribosa cubre el ácido ribonucleico (RNA), una molécula que está implicada en la síntesis de proteínas en las células vivas. Las moléculas recientemente halladas aumentan la lista de moléculas que están armando numerosos científicos en su intento por comprender cómo surgió la vida en nuestro planeta.
Los resultados de este estudio y otros similares inducen a los astrónomos e investigadores de otras disciplinas a pensar que muchos procesos químicos que hicieron posible la vida en la Tierra posiblemente tuvieron lugar incluso antes de que se formara nuestro planeta.
Algunas teorías sostienen que los meteoritos y los cometas que se estrellaron en la Tierra millones de años atrás jugaron un papel clave en el origen de la vida al traer consigo varios elementos químicos fundamentales.