Un estudio realizado por expertos estadounidenses estima que existieron 1850 géneros de dinosaurios no avianos, es decir, de dinosaurios que no compartían las características que definen a un ave. Hasta ahora se han hallado 527 géneros. Argentina y China lideran la lista de los países con más hallazgos de fósiles.
(2/11/06 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)– La clasificación de las especies de dinosaurios realizada por los paleontólogos desde el siglo XIX hasta nuestros días constituye un verdadero logro si se tiene en cuenta que ese “rompecabezas” fue armado a partir de restos fósiles.
Pese a que se han registrado más de mil especies de dinosaurios hasta la fecha –y su número crece constantemente-, un estudio realizado en Estados Unidos revela que se sabe muy poco acerca de la diversidad de los dinosaurios que habitaron el planeta hasta desaparecer aproximadamente 65 millones de años atrás.
Steve C. Wang, del departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad de Swarthmore y Peter Dodson de la Escuela de Medicina Veterinaria y del Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Pensilvania, calcularon de forma aproximada la cantidad de géneros de dinosaurios no avianos que existieron en su totalidad y también la cantidad de tiempo que tomará a los paleontólogos descubrir una gran cantidad de especies aún desconocidas. Los resultados fueron publicados en el número de septiembre de la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences de los Estados Unidos.
“Un género es una categoría que agrupa a especies que están estrechamente emparentadas entre sí”, explica Eduardo P. Tonni, Jefe de la División Paleontología Vertebrados del Museo de La Plata, y continúa “por ejemplo, el Tyrannosaurus rex es la especie rex del género Tyrannosaurus.”
A su vez, los paleontólogos dividen a los dinosaurios en dos grandes grupos, los avianos y los no avianos.
“Los dinosaurios avianos son las aves, mientras que los no avianos son aquellos relacionados -especialmente los Terópodos, un grupo de dinosaurios saurisquios carnívoros cuyo representante más famoso es Tyrannosaurus-, pero que no comparten todos los caracteres que definen a un ave”, explica Tonni.
El paleontólogo argentino menciona a modo de ejemplo un dinosaurio aviano bautizado con el nombre de Archaeopteryx, reconstruido a partir de un fósil encontrado en Alemania proveniente del Jurásico Superior, es decir alrededor de 140 millones de años atrás.
“Actualmente podemos decir que prácticamente lo único que Archaeopteryx comparte con las aves modernas y no con los dinosaurios no avianos son las plumas, a lo que se puede agregar las proporciones relativas de los elementos del miembro anterior (alas) más gráciles y largas que en los terópodos – dinosaurios carnívoros- bípedos no avianos”, afirma el experto.
Hasta ahora se han descrito 527 géneros de especies no avianas, sin embargo Wang y Dodson concluyen que en total existieron alrededor de 1850. Eso significa que aún no se ha descubierto aproximadamente un 70 por ciento de géneros de dinosaurios no avianos
Los cálculos de los paleontólogos se basaron en métodos estadísticos aplicados a un compendio recientemente publicado llamado The Dinosauria, que recopila información actualizada de los géneros de especies de dinosaurios hasta ahora clasificados, y a una base de datos. Esta última fuente de información fue elaborada por los autores del estudio a partir de la literatura primaria, es decir, diversos textos académicos de paleontología que incluyen publicaciones periódicas especializadas y libros de expertos en el tema, entre otros trabajos.
Los autores del estudio afirman que en las últimas dos décadas se han descubierto tantos géneros de dinosaurios como los que se hallaron previamente en la historia de la paleontología. Entre 1824 y 1969 se descubrió un género por año. Entre 1970 y 1989, la cifra fue de seis géneros por año, pero a partir de 1990 se han hallado quince géneros por año.
“Estamos actualmente viviendo un ‘renacimiento de los dinosaurios’, cada año ocurren una cantidad de descubrimientos sin precedentes”, destaca Wang.
En 1990, seis países aglutinaban el 75 por ciento de los géneros de dinosaurios: Argentina, Canadá, China, Estados Unidos, Inglaterra y Mongolia. Dodson y Wang atribuyen la multiplicación de los descubrimientos paleontológicos a la explosión de hallazgos ocurrida en Argentina y China.
“Efectivamente, la Argentina es una de las regiones del mundo, sino la principal, donde se han realizado en los últimos años una cantidad asombrosa de hallazgos de dinosaurios terópodos no avianos y de otros grupos de dinosaurios”, señala Tonni.
Wang y Dodson sostienen que un 46 por ciento de los géneros que no han sido clasificados no dejaron fósiles que puedan ser descubiertos. Pero en relación con los que sí dejaron restos, los cálculos señalan que un 75 por ciento de ellos será descubierto dentro de los próximos 60 a 100 años y un 90 por ciento dentro de los próximos 100 a 140 años.
Esas estimaciones indican que los paleontólogos podrán, en no mucho tiempo, completar gran parte de la clasificación de los géneros de especies no avianas.
Los resultados del método numérico empleado por los investigadores estadounidenses apoyan la teoría de que la extinción de los dinosaurios pudo ser repentina como consecuencia del impacto de un meteorito. La suposición se basa en los datos obtenidos, que señalan que no hubo un declive del número de especies de dinosaurios como consecuencia de otros fenómenos a lo largo de los diez millones de años previos a su desaparición total.
Sin embargo, el debate sobre los factores que provocaron la extinción de los dinosaurios en el planeta continúa generando pasiones entre paleontólogos y especialistas de otras disciplinas.
“Se han ofrecido muchas explicaciones para la extinción de los dinosaurios a fines del Mesozoico, 65 millones de años atrás, y luego de más de 150 millones de años de existencia. La teoría más generalizada es que uno o más asteroides o cometas impactaron sobre la superficie terrestre, elevando enormes cantidades de polvo y gases a la atmósfera y bloqueando la luz solar”, explica Tonni.
El 1991 el descubrimiento del cráter de Chichxulub en la península de Yucatán en México dio apoyo a esa hipótesis. Algunas variantes explican que el meteorito o cometa impactó en el océano, rompiendo una estratificación térmica que había entrampado gran cantidad de gas metano en los fondos oceánicos. “La liberación de ese gas sería la que causó el cambio climático que terminó con los dinosaurios”, afirma el paleontólogo.
“Otra hipótesis actualmente vigente, quizá menos espectacular que la del meteorito o cometa, es que las extinciones siguieron a erupciones volcánicas que crearon los enormes flujos de la lava de las Deccan Traps – la zona volcánica más grande del mundo – en lo que es ahora India”, señala Tonni quien comenta que los gases liberados por las erupciones pudieron haber cambiado el clima global y haber sido la causa de la extinción de los dinosaurios.