Casi cinco millones de personas mueren cada año a causa del tabaco. Expertos en Salud Pública consideran que la ley que prohíbe fumar en lugares públicos fortalece la lucha contra la epidemia mundial de tabaquismo. Sin embargo, aseguran que es necesario desarrollar programas de salud que brinden apoyo a los fumadores, cuya mayoría intenta infructuosamente dejar el tabaco.
(18/4/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – En 2004, el gobierno de Irlanda fue el primer país del mundo que aprobó la ley que prohíbe fumar en lugares públicos. Desde entonces varios países han seguido su ejemplo.
“Algún día, los historiadores considerarán el valiente paso de Irlanda como un punto de inflexión en el ámbito de la salud pública global”, afirma el doctor Howard K. Koh, experto en Salud Pública de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Estados Unidos.
En un informe publicado en la revista científica The New England Journal of Medicine, el doctor Koh y un equipo de colegas aseguran que la prohibición de fumar en lugares públicos es muy importante dado que cuestiona la publicidad de las industrias tabacaleras, que gastan miles de millones de dólares para normalizar y “glamorizar” de forma deliberada y agresiva una conducta que se reconoce como una trágica adicción.
Según Koh, el éxito de las industrias tabacaleras se debe en parte a cómo se retrata el acto de fumar en las propagandas: “como una forma de vivir con placer”.
De acuerdo con el atlas de la OMS en el que se cartografía la epidemia mundial de tabaquismo, el tabaco mata 560 personas cada hora, es decir, 13.400 personas cada día, o 4,9 millones de personas cada año.
A pesar de estos datos alarmantes, “hay evidencia de que algunas industrias tabacaleras de Estados Unidos han aumentando en los últimos años el nivel de nicotina en los cigarrillos”, afirma Koh.
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, advirtió que la cantidad de nicotina que inhalan los fumadores por cigarrillo aumentó un 11% entre 1998 y 2005, perpetuando así la adicción del consumidor.
Cambio social
“Las normas sociales no se transforman fácilmente”, subraya Koh y agrega: “En Irlanda, y en otros países, la prohibición tuvo éxito gracias al apoyo del gobierno y los partidos de oposición, organizaciones dedicadas al cuidado de la salud, sindicatos, abogados que trabajan en el campo de la salud y otros organismos”.
Koh señala que al verse amenazada por los cambios sociales, la industria tabacalera ha desarrollado todo tipo de estrategias para asegurar sus ganancias. Mediante campañas publicitarias dirigidas a mujeres, niños y grupos minoritarios, ha intentado encontrar nuevos clientes. Por otra parte, muchas han agregado compuestos químicos para reducir el olor del humo del tabaco o bien han elaborado otros productos que implican el consumo de nicotina en otras formas, como saquitos con tabaco que se chupan y, de paso, evitan el humo.
Koh opina que de los 1300 millones de fumadores, la mayoría quiere dejar el hábito, pero son incapaces de hacerlo. Las políticas diseñadas para crear zonas libres de humo constituyen un estímulo social que motiva a los fumadores a disminuir el consumo de tabaco y abandonarlo. Sin embargo, combatir esa adicción también implica mejorar los sistemas de atención que requieren los fumadores, así como las intervenciones farmacológicas o líneas telefónicas de ayuda, entre otros servicios, concluye el experto.
RECUADRO
EN ARGENTINA
-De acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Salud, unas 40.000 personas mueren por año en nuestro país a causa de enfermedades atribuibles al tabaquismo, de las cuales 6 mil son fumadores pasivos.
-El Congreso trataría en breve el proyecto de ley antitabaco impulsado por el Ministro de Salud Dr. Ginés González García, que prohíbe fumar en los lugares de trabajo y espacios cerrados, que se vendan cigarrillos a menores de edad en todo el país, y que limita la publicidad de cigarrillos, entre otro aspectos.