El reciente anuncio por parte de la Asociación Argentina del Hidrógeno de la obtención del primer módulo de energía eólica, ubica a la Argentina a un paso de la producción masiva de hidrógeno.
(21/02/2008 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – El primer módulo que permitirá obtener energía no contaminante y renovable fue producido en la Planta Experimental de Hidrógeno, en Pico Truncado (provincia de Santa Cruz), y se presentará pronto en forma pública.
El Primer Módulo Argentino de Energía Eólica, tal su denominación, es el resultado del trabajo conjunto de importantes centros de investigación de nuestro país: la Escuela Superior Técnica del Ejército, el Instituto Tecnológico Buenos Aires y la Universidad de la Patagonia Austral, quienes contaron con el apoyo económico de la provincia de Santa Cruz y un subsidio del Banco Mundial.
A principios de 2003, la Asociación Argentina del Hidrógeno y la Municipalidad de Pico Truncado iniciaron la construcción de la primera planta de Latinoamérica destinada a producir energía a partir del viento y el agua, que fue inaugurada en 2005. El sistema es renovable, de bajo costo y totalmente ecológico, ya que utiliza electricidad proveniente de generadores eólicos. Se basa en el hidrógeno como vector energético y está inscripto en una nueva economía en pos de la búsqueda de energía limpia y abundante para la sociedad.
A pesar de ser el elemento más abundante del universo, el hidrógeno no existe en forma gaseosa en forma natural y es necesario obtenerlo de otras fuentes, como por ejemplo, los hidrocarburos. La producción de hidrógeno más conveniente desde el punto de vista ambiental es la obtenida por medio de la electrólisis del agua, es decir, la descomposición molecular de los elementos que la componen (hidrógeno y oxígeno) mediante el paso de una corriente eléctrica.
Los requerimientos principales son agua y viento, elementos que existen en abundancia en la Patagonia. Por eso, la Planta Experimental de Hidrógeno, que cuenta con una superficie cubierta de 800 metros cuadrados, fue instalada en Pico Truncado. Allí, a partir de la energía eólica, se estudió y ensayó en forma extensiva la producción y posterior almacenamiento de este combustible.Luego de una puesta a punto y un período de operación piloto, bajo las más estrictas normas de seguridad que requiere esta tecnología, se realizó la primera prueba de producción de hidrógeno vía eólica en un electrolizador experimental.
El presidente de la Asociación Argentina del Hidrógeno, Juan Carlos Bolcich, reveló el avance tecnológico y lo definió como “el paso fundamental hacia la industrialización” del hidrógeno en la Argentina. Bolcich, quien es miembro de la Junta de Directores de la Asociación Internacional para la Energía del Hidrógeno (IAHE, por sus siglas en inglés), explicó que la iniciativa hace hincapié en tres objetivos principales. “Tenemos tres focos: la educación de estudiantes con perfiles técnicos, la experimentación y una pequeña producción”, especificó al referirse al emprendimiento.
Energía limpia y accesible a todos
El módulo prototipo de ensayo, diseñado totalmente por técnicos argentinos, consta de un generador eólico para la energía inicial del proceso, que, a través del electrolizador, produce hidrógeno de alta pureza y presión, listo para ser almacenado en cilindros y utilizarse en cualquier momento. La energía inicial de proceso usada en la planta procede del parque eólico “Jorge Romanutti”, ubicado en las cercanías, con generadores que alcanzan unos 2,4 MW de potencia instalada.
Una vez envasado, el hidrógeno puede inyectarse a una celda de combustible que genera electricidad o a un quemador catalítico para calefacción. O también puede conectarse a hornos para la cocción de alimentos. Otra de las más interesantes aplicaciones que se le puede dar al hidrógeno como combustible limpio es su uso en motores de combustión interna, especialmente adaptados para vehículos terrestres como automóviles, camiones, ómnibus, locomotoras y en motores de aviones y buques.
Pero sin duda, el empleo más próximo será en la generación eléctrica concentrada propia o cogeneración, en lugares aislados o en centros urbanos, donde por ejemplo, no llega la red eléctrica o no puede utilizarse por mala calidad o falta de seguridad. Vale acotar que el uso del hidrógeno y el oxígeno del aire en celdas de combustible no produce emisiones contaminantes y el producto de la reacción es solamente agua destilada.
Un visionario como Julio Verne, en su obra “La isla misteriosa” de 1874, había sugerido el uso del hidrógeno existente en el agua como combustible. Más de un siglo después, los países más avanzados del mundo han adoptado el modelo de economía del hidrógeno, que reemplazará a los combustibles fósiles. La Argentina, con recursos humanos y naturales propios, también se encamina hacia esta nueva era energética que se impondrá en el futuro.