Se acaba de publicar una guía que contribuye a hacer frente a las plagas de polillas que amenazan los cultivos de frutas, trigo y leguminosas, entre otros.

Sus autores, especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y del Instituto “Miguel Lillo” de Tucumán, aportan datos que permiten realizar un manejo integrado de esas plagas, y analizan desde el punto de vista biológico, una treintena de especies.

 (16/06/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Una gran variedad de polillas afecta el interés agrícola  dado que su incidencia provoca estragos en diversos cultivos. Por ejemplo, la especie  Carpocapsa conocida como la polilla de la pera y de la manzana y algunas otras que se alimentan de trigo o leguminosas, entre otras variedades.

El libro “Clave Pictórica de Polillas de Interés Agrícola” servirá “como apoyo a la identificación de las especies de Lepidópteros en capturas de trampas de luz. Está dedicado principalmente al operario con poca capacitación y ocupado en múltiples actividades, que es quien finalmente recolecta, identifica y recuenta diariamente las polillas, convirtiéndose en  ‘el trampero’. También podría resultar de utilidad para estudiantes de ciencias agrarias, plagueros (profesionales que ofrecen el Servicio de Monitoreo de Cultivos) y productores agropecuarios”, señaló a la Agencia CyTA el ingeniero agrónomo Pedro Daniel Leiva del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), uno de los autores del libro, que escribió en conjunto con los doctores Esteban Daniel Saini, y Fernando Rubén Navarro del Instituto “Miguel Lillo”, Tucumán.

“Una trampa de luz es un dispositivo con un tubo fluorescente que se enciende de noche y permite capturar polillas; tres aletas rodean el tubo y sobre las cuales chocan  estas mariposas de hábitos nocturnos,  un embudo en la parte inferior introduce las especies en un canasto del que no pueden salir. A la mañana siguiente un operado identifica y recuenta las especies”, explicó Leiva.

En distintas regiones del país el INTA despliega un Servicio de Alerta, basado en una red de trampas de luz distribuidas en una región amplia. La información se distribuye a través de internet colgando la información en sitios web y enviando  correos  electrónicos, entre otros medios, lo que permite una inmediata comunicación del Alerta y Servicio Técnico a usuarios. “Cada región del país cuenta con una coordinación que maneja un grupo zonal de trampas de luz. Como los datos de recuentos diarios son enviados a la coordinación, se establecen los parámetros de tiempo para el desarrollo de las poblaciones hasta alcanzar el tamaño de orugas que causen daños a cultivos. Cada coordinador está en contacto con profesionales privados que revisan cultivos e informan de la evolución de las plagas”, indicó Leiva. Y agregó: “Recién entonces se informa un Alerta que es zonal (distinto para cada zona), que debe interpretarse como una probabilidad de presencia de problemas de insectos; un plaguero debe constatar el caso para cada lote en particular, siendo la ventaja que sabe anticipadamente lo que puede encontrar.”

Las capturas en trampas de luz son una pieza clave de lo que se conoce como Manejo Integrado de Plagas (MIP). “El MIP es una estrategia, o sea conjunto de tácticas que consisten en acciones concretas, por ejemplo el control químico con insecticida, la revisión de lotes o el monitoreo. Las capturas en trampas de luz permiten hacer ‘inteligencia’, anticipándose entre una y dos semanas a lo que probablemente ocurra a nivel de lotes. No es lo mismo monitorear, que hacerlo bajo la presunción de hallar algo en particular”, destacó Leiva.

Más de treinta especies

La guía “Clave Pictórica de Polillas de Interés Agrícola” cuenta con fotos y datos bioecológicos de los grandes grupos de polillas que incluyen un total de 31 especies. “Desde el punto de vista biológico, el análisis de la madurez sexual de hembras, permite estimar el período de postura de huevos, es decir, cuando están sexualmente maduras y oviplenas”, explicó Leiva. Y agregó: “En las fichas de bioecología se incluyen datos de su ciclo biológico (para los estados de huevo, larva, pupa y adulto), hospederos, distribución y daños, entre otros datos. ¿Para qué sirve esto? Como ejemplo de su utilidad se puede indicar que si se está capturando Helicoverpa zea isoca de la espiga en maíz, cuando este cultivo comience su floración femenina, se podrá observar quizá, huevos blancos sobre los estigmas, muy pequeños, redondeados y dispuestos en forma aislada.”

De acuerdo con el investigador el conocimiento de la bioecología de una especie permite contextualizar las capturas con las observaciones de campo y daños en los cultivos. Asimismo, Leiva destacó que el trampero también debe registrar parámetros atmosféricos como temperatura nocturna, vientos fuertes y lluvias. “Por ejemplo, cuando llueve, las polillas no salen a volar, ni tampoco lo hacen en noches ventosas, y tienen actividad restringida cuando las temperaturas nocturnas son bajas”, puntualizó.

Por otra parte, Leiva destacó que “este libro que ponemos a disposición de la comunidad agropecuaria, estudiantes de ciencias, e interesados en el tema, sólo describe polillas-plaga presentes en nuestro medio productivo. Y agregó que “la idea de publicar un libro de estas características apunta a ofrecer la herramienta necesaria, e inexistente hasta ahora, para poder identificar las distintas especies de una manera simple y precisa. De esta forma pretendemos contribuir a densificar las redes actualmente en funcionamiento, estimulando la contribución voluntaria de profesionales (agrónomos y biólogos). Todo ello tendiente a ofrecer información de libre acceso y útil para la toma de decisión en el manejo de las plagas insectiles.”

 Foto 1 Polillas

 

 

 

Una trampa de luz es un dispositivo con un tubo fluorescente que se enciende de noche a fin de capturar polillas

Créditos: INTA 

 FOTO 2 Polillas

 

 

Polilla de oruga medidora del girasol

Créditos: INTA