Tanto en invierno como en verano la falta de uso y mantenimiento convierten a las piletas de natación en criaderos de mosquitos. Un estudio, realizado por investigadores del Conicet y de la UBA, indica que, en la ciudad de Buenos Aires, cada cuatro manzanas habría entre una y tres piscinas con estas características. La información, publicada en el Journal of the American Mosquito Control Associationsugiere que tanto los vecinos como las autoridades deberían participar activamente para evitar el contagio de enfermedades transmitidas por determinados mosquitos.

(18/06/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Un trabajo de investigadores argentinos – publicado en la edición de marzo de la revista Journal of the American Mosquito Control Association- indica que en la ciudad de Buenos Aires cada cuatro manzanas habría entre una y tres piletas de natación que funcionan como criaderos de mosquitos (en verano y otoño en forma respectiva). La falta de uso y mantenimiento fue el factor más asociado a la presencia de mosquitos inmaduros en piletas de natación.

“En promedio,  cualquier punto de la ciudad estaría a una distancia máxima de entre 65 y 110 metros de una pileta con estadios inmaduros de mosquitos. Esto contribuye en forma significativa a la presencia de mosquitos en cualquier época de año en la ciudad”, afirmaron a la Agencia CyTA los doctores Nicolás Schweigmann y Sylvia Fischer que se desempeñan como investigadores del Conicet en el Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Dicha afirmación se desprende de una investigación de Schweigmann y Fischer que incluyó el análisis de más de cinco mil casas con piletas de la ciudad de Buenos Aires, entre junio de 1998 y abril de 2002. De acuerdo con los científicos es razonable pensar que  en la actualidad el número de piletas en la región metropolitana sea mayor, si se tiene en cuenta el crecimiento poblacional y de urbanización de los últimos años. “También hay que considerar que los predios en  la ciudad de Buenos Aires son  relativamente pequeños, por lo cual la densidad media de piletas suele ser más baja que en los barrios periféricos. Por otro lado, la falta de mantenimiento durante el periodo invernal es un hábito instalado en la población de Buenos Aires, y otros estudios realizados por el grupo de investigación demostraron que los hábitos de ordenamiento ambiental no se modificaron en forma sustancial durante la última década”, afirmó Schweigmann. Y agregó: “Por todo lo expuesto, nuestros resultados probablemente subestiman la actual situación de la región metropolitana.” 

Falta de mantenimiento

Los investigadores de la UBA estudiaron algunas características de las piletas, como el estado de mantenimiento, el nivel de agua y el tipo de pileta en relación a la presencia de estadios inmaduros de mosquitos. “De acuerdo con nuestras observaciones, las cubiertas de ‘media sombra’ o lona que suelen colocarse sobre las piletas durante el periodo de ‘no uso’ no sirven para evitar que los mosquitos aprovechen las piletas Por la forma en que se colocan suelen quedar pequeñas aberturas que permiten el paso de las hembras de mosquitos para poner los huevos. De hecho hemos encontrado ‘piletas cubiertas con media sombra’ con enorme abundancias de larvas de mosquitos”, indicó Schweigmann

Asimismo, los autores del estudio consideran relevante que las autoridades sanitarias y el público en general sepan que las piletas de natación constituyen “una oferta” de un recurso de hábitat para que los mosquitos cumplan una parte de su ciclo de vida, que se produce obligadamente en el agua. “El entorno con vegetación en el que se localizan muchas piletas provee a los mosquitos adultos de refugio y alimento, y además aporta materia orgánica al agua. Esta última favorece la proliferación de microorganismos (bacterias y protozoos, entre otros microorganismos), principal fuente de alimento para las larvas de los mosquitos”, puntualizaron los investigadores.

Transmisores de enfermedades

De una treintena de especies de mosquitos presentes en Buenos Aires, siete fueron capaces de aprovechar las piletas para su desarrollo, indica el estudio. “La presencia de larvas de Aedes aegypti (vector del virus del dengue y el de la fiebre amarilla) en Buenos Aires es importante en criaderos de escaso volumen desde la primavera hasta mediados de otoño, y su presencia  en las piletas sólo a fines del periodo estival se relacionaría más con la capacidad de aprovechar estos”, explicó Schweigmann. Y continuó: “Otras especies como Culex pipiens y Culex apicinus usan las piletas como criaderos durante todo el año sugiriendo que se encuentran más adaptadas a este tipo de habitat.”

Las especies de mosquitos del género Culex suelen preferir la sangre de aves y algunas inclusive suelen picar a humanos. “Los virus de encefalitis se transmiten principalmente entre aves y mosquitos ornitófilos (que se alimentan de sangre de aves) y pueden afectar accidentalmente  a los humanos y sus animales domésticos. Culex pipiens es vector competente de la encefalitis de Saint Louis y del virus del Nilo del Oeste. Ambos se están transmitiendo en la región”, indicó. Y agregó: “Durante el periodo estival del 2004-2005  la encefalitis de Saint Louis afectó a la ciudad de Córdoba con más de medio centenar de casos humanos y 9 muertos y en 2010 se produjo un brote en Buenos Aires y la Plata. La encefalitis del Virus del Nilo del Oeste afectó letalmente a 3 caballos de carrera en San Antonio de Areco.”

Ante la notificación de dos casos confirmados de infección por virus Saint Louis en la ciudad autónoma de Buenos Aires y tres casos confirmados en la provincia de Buenos Aires, y teniendo en cuenta otros casos en estudio, la Dirección de Epidemiología de la Nación alertó a los profesionales de la salud y a la comunidad en general “para optimizar la vigilancia y fortalecer las medidas de prevención de esta enfermedad.”

Es importante difundir que las piletas pueden transformarse en importantes criaderos de mosquitos, indicaron los investigadores del Conicet. “Los mosquitos producidos allí afectan con las picaduras a personas de varias manzanas alrededor. Es fundamental que la sociedad sepa que entre las especies presentes hay vectores competentes para transmitir enfermedades. Esto debería ser considerado no solo por los vecinos sino también por las autoridades que intervienen sobre la salud ambiental de los municipios.  

Las piletas deben ser mantenidas correctamente limpias para que no acumulen materia orgánica”, destacó Schweigmann. Y agregó: “En el caso de las piletas de lona, deberían ser desarmadas y puestas bajo techo. Y para las piletas de material que es necesario mantener con agua pueden sembrarse peces larvífagos autóctonos, como el Cnesterodon decenmaculatus, que son capaces de mantener controladas las larvas de mosquitos de una pileta en desuso. Al inicio de la temporada estival pueden traspasarse a una zanja o laguna local sin afectar al ambiente.”

Es importante recordar que las estrategias exitosas de erradicación de mosquitos incluyen necesariamente la participación de todos, esto es, pobladores y autoridades locales.

 FOTO b Pileta y Mosquitos

 

Foto del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de Buenos Aires. De izquierda a derecha: Melina Paez, Nicolás Schweigmann, Laura Quiroga, Agustín Alvarez Costa, Yamila Bechara, Maximiliano Garzón, Sylvia Fischer, Ana Graziano, María Sol De Majo, Iris Alem y Arturo Lizuain

Créditos: FCEyN – UBA