Un significativo porcentaje de pacientes hipertensos no sigue una dieta adecuada y otros no conocen su condición. Los resultados surgen a raíz de un estudio basado en una encuesta voluntaria efectuada a más de 1700 pacientes en el Hospital de Clínicas «José de San Martín» de la Universidad de Buenos Aires. Los resultados fueron publicados en American Journal of Therapeutics.
(13/09/10 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. Un alto porcentaje de pacientes no sigue una dieta adecuada, y no respeta otras medidas de prevención, pese a que son hipertensos, reveló un estudio realizado en el Hospital de Clínicas «José de San Martín» de la Universidad de Buenos Aires. Los resultados de la investigación, fueron publicados en la revista científica American Journal of Therapeutics.
Los autores del trabajo se concentraron en determinar la prevalencia de hipertensión arterial, su tratamiento y grado de control y su coexistencia con otros factores de riesgo cardiovascular, entre otros. “El estudio se basó en una encuesta voluntaria efectuada a 1773 pacientes (578 hombres y 1155 mujeres) de entre 54 y 78 años que concurren al Hospital, por medio de un cuestionario estructurado y la determinación de la presión arterial. Se recolectaron los datos demográficos, antropométricos (estatura y peso), ocupacionales, y se evaluó el conocimiento que tenían los pacientes hipertensos tanto de su enfermedad como de la presencia de otras enfermedades como la diabetes mellitus, la cardiopatía coronaria y los accidentes cerebrovasculares, entre otros”, señaló a la Agencia CyTA el profesor Carlos Feldstein, jefe del Programa Hipertensión Arterial de ese Centro de Salud. Y agregó: “También indagamos el tipo de dieta que seguían, si practicaban ejercicio físico y la realización de medidas generales de prevención y diagnóstico en los cinco años precedentes (con lo que se efectuó un índice de prevención).”
Desafíos de la atención primaria
Los resultados del estudio indicaron, entre otras cosas, que el 87 por ciento de los pacientes hipertensos conocían su condición. Los investigadores también observaron que el sobrepeso-obesidad fue el factor de riesgo cardiovascular más frecuentemente asociado con hipertensión.
“Asimismo, registramos que sólo el 62 por ciento de los encuestados seguían un tratamiento para controlar su presión arterial. Dentro de este grupo, cerca del 80 por ciento recibía una sola clase de medicación antihipertensiva, un 17 por ciento utilizaba dos, y un 2 por ciento recibía una asociación de tres clases”, indicó Feldstein. Y agregó: “Sólo un ocho por ciento de los pacientes hipertensos cumplía las pautas alimentarias recomendadas en la actualidad para la enfermedad”. “La falta de educación nutricional se evidenciaba también en que un elevado porcentaje de hipertensos creía erróneamente que cumplimentaba esas recomendaciones”
La elevada prevalencia de control inadecuado de la hipertensión arterial, observada en pacientes que tuvieron accidente cerebrovascular como complicación de la enfermedad, sugiere que la terapia antihipertensiva indicada después del alta hospitalaria por ese evento fue inefectiva o insuficiente, subrayan Feldstein y sus colegas. “Documenta el desafío que significan estas situaciones en la atención primaria, dada la elevada probabilidad de recurrencia de accidente cerebrovascular después del primer evento.”
“Asesino silencioso”
“La hipertensión arterial es una enfermedad que produce daños estructurales y funcionales cardiovasculares, renales, cerebrales, y de otros órganos, conduciendo con frecuencia a la disminución de la calidad y expectativa de vida”, explicó el doctor Feldstein. Y agregó: “Con frecuencia a esta patología se la ha llamado ‘asesino silencioso’ porque no tiene síntomas específicos y los pacientes muchas veces desconocen su presencia hasta que ocurren severas complicaciones. La hipertensión arterial acelera y agrava la arteriosclerosis y la aterosclerosis. En estos casos la pared arterial se hace mas gruesa y se torna rígida, y de este modo aumenta el riesgo de complicaciones como la hipertrofia ventricular izquierda, la insuficiencia cardiaca, la cardiopatía coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la insuficiencia renal, la enfermedad arterial obstructiva periférica y la producción de aneurismas arteriales.”
Sin embargo, existen una serie de medidas de prevención para reducir y mantener una presión arterial adecuada. “Entre las más destacadas se incluyen cambios en el estilo de vida, tipo de alimentación y realización de actividades físicas”, puntualizó Feldstein. Y continuó: “El tratamiento esencial de todos los pacientes con hipertensión arterial incluye cambios imprescindibles en el estilo de vida. En muchos hipertensos, esas medidas permiten reducir la dosis o el número de fármacos que previamente se requerían para controlar la presión arterial. Asimismo, pueden disminuir los riesgos de ataques cardíacos o cerebrovasculares. Las más trascendentes, incluyen la reducción del sobrepeso y obesidad, la realización programada de ejercicios aeróbicos y las medidas dietéticas.”
En beneficio de la salud cardiovascular global se recomienda la supresión del hábito de fumar. “El hábito de fumar cigarrillos aumenta notablemente los riesgos cardiovasculares y, puede reducir la efectividad de las medicaciones antihipertensivas”, subraya Feldstein quien también destaca que la reducción del consumo de sal común a 6 gramos diarios, que se logra evitando el agregado de sal tanto al cocinar los alimentos como el uso del salero de mesa. “Evitar la ingesta de comidas procesadas o enlatadas también es útil para prevenir y tratar la Hipertensión Arterial dado su elevado contenido en sal.
Otro factor para considerar son las bebidas alcohólicas. “El consumo excesivo durante un tiempo prolongado de este tipo de bebidas, más de dos ingestas diarias habituales de 360 ml de cerveza, de 150 ml de vino o de 30 ml de whisky u otras bebidas destiladas, aumenta la probabilidad de que se instale la Hipertensión Arterial. Las mujeres parecen ser más sensibles que los hombres a los efectos adversos del alcohol. No se debe olvidar que la reducción en la ingesta de bebidas alcohólicas también ayuda a la disminución del peso corporal”, puntualizó Feldstein.
Teniendo en cuenta que el ejercicio físico reduce la presión arterial en hipertensos inactivos, la Liga Mundial contra la Hipertensión señaló que se logran óptimas reducciones de la presión arterial realizando ejercicio físico de baja intensidad, por ejemplo caminando a paso acelerado durante 1 hora, tres a cuatro veces por semana.
“El estrés también juega un papel importante en esta enfermedad. Aquellos que se hallan bajo estrés significativo pueden reducir su presión arterial por medio de un control especializado, con modificación del comportamiento cognoscitivo. Como esto último no es fácilmente disponible, se requiere a veces referir a esos pacientes a un psicólogo calificado”, concluyó el Jefe del Programa Hipertensión Arterial del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires.
En el estudio, publicado en la mencionada revista, fue co-dirigido por el doctor Antonio Raúl De Los Santos, jefe del Departamento de Medicina, y participaron los especialistas Juan Manuel Chavin y Delia Garrido, Ximena Manglano Liendo y alumnos de la carrera de Medicina de la Universidad de Buenos.
Un significativo porcentaje de pacientes hipertensos no sigue una dieta adecuada y otros no conocen su condición. Los resultados surgen a raíz de un estudio basado en una encuesta voluntaria efectuada a 1773 pacientes de entre 54 y 78 años en el Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires.
Créditos: SAHA