Un consorcio internacional que reunió a 2 700 científicos de 80 naciones elaboró el primer censo de la vida marina. El cálculo de las especies marinas conocidas aumentó de 230 mil hasta casi 250 mil.
(11/10/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Luego de 10 años de exploración, 2 700 científicos de 80 naciones elaboraron el primer censo de la vida marina cuya realización demandó un presupuesto de 650 millones de dólares. Este trabajo ofrece una vasta lista de las especies que viven en los océanos, desde los microbios hasta las ballenas, desde los polos hasta las regiones tropicales, desde la superficie hasta las más oscuras profundidades.
“Pese a las dudas, el censo fue posible”, destacó el australiano Ian Poiner, director del comité científico del censo de la vida marina (http://www.coml.org). Y agregó que toda la vida de la superficie depende de los océanos. “La vida de los océanos suministra la mitad de nuestro oxígeno, una gran cantidad de alimento y regula el clima. Todos somos ciudadanos del mar”. Y destacó que por ese motivo es muy importante estudiar los océanos, las especies que habitan en sus aguas y los roles que cumplen.
El censo realizado pretende arrojar luz sobre la diversidad, la distribución y la abundancia de la vida marina. “El censo se encontró con una imprevista maraña de especies, que son moneda corriente de la diversidad. Aumentó el cálculo de las especies marinas conocidas desde alrededor de 230 mil hasta casi 250 mil. Entre los millones de especímenes obtenidos en aguas conocidas y en otras rara vez exploradas, el Censo contabilizó más de 6 000 especies posiblemente nuevas, de las cuales describió formalmente más de 1 200. Descubrió que las especies extrañas son comunes”, informa un comunicado de prensa de ese consorcio científico internacional. Y agrega: “Después de todo su trabajo, el censo aún no pudo calcular a ciencia cierta la cantidad total de especies, los tipos de vida, conocida y desconocida, que hay en el océano. Lógicamente, se podría extrapolar a un millón de tipos de vida marina que adquieren la categoría de especie y a decenas e incluso centenas de millones de tipos de microbios.”
Por último, desde ese consorcio internacional concluyen que el primer censo de vida marina documentó un océano cambiante, con mayor diversidad, más conectado mediante la distribución y los movimientos, “más afectado por los seres humanos y, sin embargo, menos explorado de lo que sabíamos. El censo multiplicó la cantidad de expertos calificados, desarrolló y propagó tecnologías para descubrir y supervisar, mejoró el acceso a los datos e informó decisiones de conservar regiones y especies marinas. Los legados del censo (los puntos de referencia de conocimiento, la cascada de tecnología nueva, la colaboración internacional) prometen más beneficios para la humanidad y los océanos.”