A través de análisis genéticos, un equipo internacional de investigadores –que incluye a científicos argentinos– descubrió que las hormigas coloradas que invadieron los Estados Unidos provinieron de Argentina, y que luego de expandirse en ese país, comenzaron desde allí a colonizar Australia, China y Nueva Zelanda. En el exterior representa una peste de importancia económica, agronómica y médica ya que provoca pérdidas multimillonarias.
(28/02/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Oriundas de Sudamérica, las hormigas coloradas (Solenopsis invicta) además de ser picadoras generan pérdidas multimillonarias en los Estados Unidos (más de 6 mil millones de dólares por año, según informa la Universidad de Florida) y en otras regiones del Planeta. Representan una peste de importancia económica, agronómica y médica.
Un estudio internacional que incluyó a investigadores argentinos logró trazar las rutas que siguieron estas hormigas alrededor del mundo gracias a la realización de análisis genéticos. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista Science.
“Originalmente las hormigas coloradas se extendían exclusivamente desde el oeste de Brasil, sureste de Perú, oeste de Bolivia, Paraguay, este de Argentina y oeste de Uruguay”, explicó a la Agencia CyTA la doctora Marina Ascunce, investigadora posdoctoral del Museo de Historia Natural de Florida (Estados Unidos) y egresada de la carrera de biología de la Universidad de Buenos Aires. Y agregó: “Desde allí, esta peste exótica llegó accidentalmente al puerto de Mobile (Alabama) en los Estados Unidos hace alrededor de 75 años. Estas hormigas invasoras se transportaron probablemente en algún barco proveniente de Argentina; por eso en Estados Unidos también se la denomina ‘hormiga importada roja de fuego’.”
Según explicó la investigadora argentina, este tipo de hormiga no sólo se ha extendido por el sur de los Estados Unidos sino que también ha llegado a California. “En los últimos diez años ha infectado otras áreas del mundo como Trinidad y Tobago en el Caribe, Australia, Nueva Zelanda, Hong Kong, Macao, Taiwan, y China. En las áreas donde fue introducida, estas hormigas afectan a las poblaciones humanas ya que presentan un comportamiento agresivo –pican– que genera inflamaciones y reacciones de hipersensibilidad. Asimismo, construye grandes hormigueros que pueden dañar maquinarias agrícolas, se alimenta de plantas de importancia económica y afectan negativamente poblaciones de hormigas nativas y otros animales subterráneos, entre otras consecuencias”, puntualizó la doctora Ascunce. Y continuó: “Al llegar a nuevos ecosistemas, la hormiga colorada se convierte en peste presumiblemente debido a que carece de competidores o enemigos naturales que actúen regulando su distribución. Esto resulta en que las densidades poblacionales en los Estados Unidos son de magnitudes mayores que en el rango natural de distribución en América del Sur.”
La ruta de las hormigas coloradas
Ascunce y un equipo de colegas obtuvieron la caracterización genética de 2144 hormigas provenientes de 75 sitios, 39 de ellos en America del Sur (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Brasil), 13 en Estados Unidos, dos en Australia, dos en Taiwan, y 17 en China, así como también en Trinidad y Tobago y Nueva Zelanda.
“El objetivo principal de este trabajo fue determinar la ‘identidad’ genética de las poblaciones nativas (sudamericanas) a partir de las cuales derivan las poblaciones introducidas en los Estados Unidos y en Australia, China y Taiwan, entre otros países”, detalló Ascunce.
Tras analizar los datos genéticos, los autores concluyeron que las colonias de hormigas coloradas que llegaron a los Estados Unidos provienen del noreste de Argentina. A su vez, desde el sur de los Estados Unidos, estas hormigas invadieron California, el Caribe, Australia, Nueva Zelanda, Hong Kong, Macao, Taiwan, y China.
Relevancia del trabajo
De acuerdo con la doctora Ascunce, la información del origen de las hormigas coloradas se puede usar para acotar el área de búsqueda de control biológico y así frenar su expansión. “Para el éxito de estos métodos de control biológico se hace indispensable contar con un profundo conocimiento de la biología de la hormiga en su distribución natural incluyendo datos ecológicos como la identificación de competidores claves y enemigos naturales y su interacción con la hormiga colorada”, destacó la científica argentina. Y concluyó: “A su vez, provee información genética para desarrollar otros estudios de rutas de transporte y estimar cuáles son las rutas potenciales que las hormigas están usando. De ese modo es posible aumentar los controles en esos lugares con el fin de evitar futuras invasiones.”
En la investigación también participaron científicos de la Universidad Nacional de Taiwan, de la Universidad de Georgia y del Centro para la Entomología Médica, Agrícola y Veterinaria en Gainesville (Estados Unidos), entre otras instituciones.
La doctora Marina Ascunce, investigadora postdoctoral del Museo de Historia Natural de Florida (Estados Unidos) y egresada de la carrera de biología de la Universidad de Buenos Aires, realizando estudios genéticos de la hormiga colorada.
Créditos: Jeff Gage
La doctora Marina Ascunce y J. Mike Heaney, del Museo de Historia Natural de Florida, colectando hormigas coloradas en Bolivia.
Créditos: gentileza de Marina Ascunce
La hormiga colorada llegó a Estados Unidos desde la Argentina. Luego se extendió a otros países.
Créditos: Duke University.