Los monos aulladores del noreste argentino que circulan por zonas rurales presentan una alta prevalencia de infección intestinal, la que resulta mayor que la de sus pares que habitan en regiones próximas a lugares urbanos. La infección es causada por el parásito Giardia lamblia, y se transmite en especial a través de agua o comida contaminada y por contacto interpersonal. El doctor Martín Kowalewski explica por qué esta especie de monos permite determinar la salud de los ecosistemas.

(01/04/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. El estudio de la salud de determinados animales puede, en algunos casos, alertar a las comunidades para controlar el posible desarrollo de una epidemia. En este contexto, se ha estudiado a una especie de primates, los monos aulladores (Alouatta caraya), que habitan en el noreste argentino.

“Analizamos muestras de materia fecal fresca de monos aulladores negros y dorados para estudiar presencia y niveles de infección por el parásito intestinal Giardia lamblia”, señaló a la Agencia CyTA el autor principal de la investigación, el doctor  Martín Kowalewski, director de la Estación Biológica de Corrientes del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) e investigador del Conicet. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista científica American Journal of Primatology.

La patología resultante, denominada giardiasis, se transmite por el agua o comida contaminada y por contacto interpersonal, entre otras vías. Algunos de los síntomas son diarrea, dolor abdominal y, en casos crónicos, mala absorción de nutrientes y desnutrición.  

“Encontramos alta prevalencia y altos niveles de infección de ese parásito en monos aulladores en todos los sitios que analizamos. La investigación se realizó en sitios que diferían en el grado de contacto de los primates con asentamientos humanos y animales domésticos asociados. Así se definieron básicamente tres sitios: remoto, rural y urbano”, puntualizó Kowalewski. Y agregó: “Los niveles más altos fueron registrados en las zonas rurales, y luego en zonas remotas y urbanas. Estos resultados son esperables ya que el ganado es importante en la transmisión de este parasito. Lo inesperado es haber encontrado tan alta prevalencia en animales salvajes asintomáticos. No sabemos que pueda pasar en el futuro, estamos investigando. Lo que hay que tener cuidado es en no culpar a los monos por la presencia del parasito sino al ganado.”

Si bien las muestras fueron recogidas en 2008, “los resultados siguen siendo actuales porque no ha sido tomada ninguna medida al respecto. Nuestro proyecto incluye la colecta de muestras fecales de monos en forma estacional durante 10 años para identificar ciclos y dinámicas. También muestreamos agua para estudiar como son los flujos de infección y tomamos muestras de animales domésticos y humanos para comprobar a nivel molecular si son las mismas líneas de parásitos que infectan a los diferentes actores”, indicó el autor principal del estudio. Y agregó: “Por otro lado, trabajamos en combinación con grupos en Uganda y México que lo hacen en primates similares aplicando técnicas de colecta y análisis idénticas. Esto nos va a permitir realizar comparaciones a una escala mucho más interesante.”

De acuerdo con Kowalewski, una forma de transmisión del parásito es beber agua contaminada. “Los aulladores bajan a tomar agua en los mismos cuerpos de agua,  arroyos, lagunas, esteros y ríos donde bebe y defeca el ganado. Por otro lado, sería más difícil que los monos se infecten comiendo plantas contaminadas porque no comen en las huertas o el suelo”, explicó.

Zona rural: mayor prevalencia

La prevalencia del parásito fue del 67 por ciento en zonas rurales, el 57 por ciento en lugares remotos, y el 40 por ciento en puntos urbanos. “Para llegar a estos resultados se analizaron 30 muestras por zona de una sola estación (otoño)”, explicó Kowalewski.

El lugar remoto estudiado fue la Isla Brasilera, frente a la Isla del Cerrito -en medio del Río Paraná- en la Provincia de Chaco. “Como sitio rural, se usan campos alrededor de la Estación Biológica de Corrientes que depende del MACN y del Conicet. Está localizada muy cerca de la localidad de San Cayetano, cerca de 20 kilómetros al sur de la ciudad capital de Corrientes. Como zona urbana, se estudiaron grupos que entraban en contacto con casas de San Cayetano (Corrientes), Riachuelo (Corrientes) y grupos que viven en el pueblo Isla del Cerrito (Chaco)”, indicó el investigador del Conicet.

Para Kowalewski este tipo de estudios pueden servir como indicaciones a fin de que las autoridades locales o provinciales puedan tomar medidas de control y de prevención dirigidas a cuidar a la población.  “Aparte de ser centinelas de la salud de los ecosistemas,  la alta presencia de estos parásitos en los aulladores, nos alerta acerca de su conservación ya que no sabemos si estas altas cargas de parasitosis pueden en algún momento tener consecuencias negativas en su salud.”

En el estudio también participaron Thomas Gillespie  de la Universidad Emory (Estados Unidos) y Mariana Raño, de la Estación Biológica de Corrientes del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) – Conicet, entre otros investigadores.

 

monos aulladores raño

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Monos aulladores del noreste argentino.

Créditos: Lic. Mariana Raño