A través del estudio de un sistema planetario triple que se asemeja a una versión aumentada de nuestra propia familia solar de planetas, un equipo de astrónomos obtuvo por primera vez el espectro directo de un planeta extrasolar que orbita una estrella, lo que proporciona nuevos conocimientos sobre su formación y composición. El espectro corresponde a un exoplaneta gigante que orbita la brillante y muy joven estrella HR 8799, a 130 años-luz de la Tierra.

(18/01/10- Agencia CyTA – Instituto Leloir).- A través del estudio de un sistema planetario triple que se asemeja a una versión aumentada de nuestra propia familia solar de planetas, los astrónomos han sido capaces de obtener el primer espectro directo –la “huella digital química” – de un planeta orbitando una estrella distante . El resultado no sólo proporciona nuevos conocimientos sobre la formación y composición de ese planeta sino que representa un hito en la búsqueda de vida en otras partes en el Universo, reveló la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO).

El exoplaneta –o planeta fuera del Sistema Solar–  estudiado orbita la brillante y muy joven estrella HR 8799. Se encuentra a cerca de 130 años-luz de la Tierra. La estrella tiene 1,5 veces la masa del Sol y alberga un sistema planetario que se asemeja a un modelo aumentado de nuestro propio Sistema Solar. Los autores del hallazgo –publicados en la revista Astrophysical Journal– son de la  Universidad de Toronto y de la Universidad de Montreal, Canadá, y  del Instituto Max-Planck para Astronomía, Heidelberg, Alemania.

“El espectro de un planeta es como una huella digital. Proporciona información clave sobre los elementos químicos presentes en la atmósfera del planeta”, señaló Markus Janson, autor principal de un artículo que informa de los nuevos hallazgos. Y agregó: “Con esta información podemos entender mejor cómo se formó el planeta y, en el futuro, podríamos incluso ser capaces de encontrar signos indicativos de la presencia de vida”.

Alrededor de esa estrella han sido detectados tres planetas. Al respecto Carolina Bergfors –otra integrante del equipo de investigación- señaló que el objetivo del estudio era “el planeta del medio de los tres, que es casi diez veces más masivo que Júpiter y tiene una temperatura de alrededor de 800 grados Celsius. Después de un tiempo de exposición de más de cinco horas fuimos capaces de separar el espectro del planeta de la luz de la estrella madre que es mucho más brillante”.

El espectro actual de ese exoplaneta fue obtenido desde la Tierra, empleando el Very Large Telescope (VLT) de ESO sobre el que está instalado un instrumento infrarrojo denominado NACO y un sistema de óptica de última generación. 

Debido a que la estrella madre es varios miles de veces más brillante que el planeta, detectar su espectro constituye un gran logro, afirman los investigadores. “Es como tratar de ver de qué está hecha una vela, observándola desde una distancia de dos kilómetros mientras está al lado de una lámpara de 300 Watt cegadoramente brillante”, aseguró Janson.

Las informaciones que acaban de reunirse muestran que la atmósfera que encierra al planeta aún es poco comprendida, informó la ESO. “Los aspectos observados en el espectro no son compatibles con los modelos teóricos actuales”, explicó el co-autor del trabajoWolfgang Brandner: “Tenemos que tomar en consideración una descripción más detallada de las nubes de polvo atmosféricas o aceptar que la atmósfera tiene una composición química diferente de la asumida previamente”.

Los astrónomos esperan descifrar pronto las huellas digitales de los otros dos planetas gigantes de modo de poder comparar, por primera vez, los espectros de tres planetas que pertenecen al mismo sistema. “Esto seguramente arrojará nueva luz sobre los procesos que llevan a la formación de sistemas planetarios como el nuestro”, concluye Janson.

Por su importancia, el estudio fue destacado en la página de noticias de la NASA.

 

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El espectro corresponde a un exoplaneta gigante que orbita la brillante y muy joven estrella HR 8799, a unos 130 años-luz de la Tierra.

Crédito: ESO/M. Janson