El estudio de la UBA sobre las “chanchitas”, que habitan en lagunas asociadas a los ríos Paraná y Uruguay, podría mejorar la cría de especies comerciales y ayudar a detectar alteraciones ambientales.
(23/03/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Su nombre científico es Cichlasoma dimerus, pero se la conoce como “chanchita” y habita en lagunas asociadas a los ríos Paraná y Uruguay. Pese a que no son un modelo de estudio muy común, investigadores de la UBA las han investigado durante años y terminaron por descubrir cómo se manifiesta la agresión en los peces hembra, un tipo de información pueden servir para mejorar el cultivo de diferentes especies acuáticas o detectar problemas en el ambiente.
“El objetivo general de nuestro grupo de trabajo es comprender el impacto de las interacciones sociales como agresividad, cortejo, selección de pareja, cuidado de las crías y formación de jerarquías sociales sobre el comportamiento y la reproducción animal”, afirmó a la Agencia CyTA el doctor Matías Pandolfi, investigador del CONICET y director de Laboratorio de Neuroendocrinología y Comportamiento de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN).
Aunque por lo general la mayoría de los trabajos de este tipo están enfocados a los machos, este estudio en particular se centró en la agresividad de las hembras. Los científicos comprobaron que la belicosidad “femenina” es máxima durante la etapa en que está estableciéndose la pareja, es decir, antes de reproducirse. “Creemos que hay mucha mayor competencia entre miembros de la misma especie en las etapas de cortejo y establecimiento del territorio que luego de la reproducción”, aseguró el doctor Pandolfi.
De hecho, indicó Pandolfi, luego de que las hembras ponen los huevos y los machos las fecundan, si bien éstas cuidan la puesta, el estrés aumenta mucho y la agresividad disminuye, volviendo recién a aumentar cuando las crías comienzan a nadar. “Tanto el macho como la hembra cuidan y pastorean a sus crías por varias semanas”, agregó.
El hecho que el macho dominante sea muy colorido y haga muchos más despliegues en el territorio lo hace más vulnerable a ser atacado por otros peces o aves acuáticas. En ese sentido la hembra podría quedar sola con el territorio o sola con la cría y expuesta a otras hembras o machos subordinados que merodean el territorio esperando por una oportunidad de ascenso en sus estatus social, es decir obtener un territorio vacante y reproducirse.
En el trabajo, que incluyó la participación de la doctora Fabiana Lo Nostro, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Ecotoxicología Acuática de la FCEyN de la UBA, los científicos sacaron del acuario –que reproducía de la manera más exacta las condiciones naturales de esta especie– al macho en distintas etapas del ciclo reproductivo de su compañera y observaron qué sucedía con la agresividad del pez hembra ante la llegada de una “intrusa”.
Para medir esa reacción, analizaron las concentraciones de cortisol (la hormona del estrés) y testosterona (que media las reacciones agresivas) tanto en los animales que atacaban como aquellos que eran hostigados: por ejemplo, cuando una hembra perseguía o golpeaba a otra en distintas regiones del cuerpo o cuando ambas quedaban encajadas por la boca. “Hay al menos 8 tipos de agresión descriptas”, afirmó la primera autora del estudio, la licenciada Cecilia Tubert. Y agregó: “En el caso de nuestro trabajo evaluamos principalmente la agresión territorial que incluye el cuidado del territorio y del macho seleccionado por la hembra y la agresión relacionada con el cuidado maternal de las crías huevos o larvas.”
Según los autores, estos estudios pueden servir para optimizar la acuicultura (mejorando la cría de distintas especies en condiciones de criadero o interviniendo en procesos de fecundación artificial) y también para utilizar esta especie como bioindicador o centinela de alteraciones en el medio ambiente.
Agresividad de peces hembra de la especie Cichlasoma dimerus en peceras comunitarias. Habitan en lagunas asociadas a los Ríos Paraná y Uruguay.
Créditos de la foto: Lic. Felipe Alonso
Integrantes del Laboratorio de Neuroendocrinología y Comportamiento de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires: Lic. Virginia Villafañe(Izq) , Lic. Cecilia Tubert, Lic Felipe Alonso, Lic. Martín Ramallo, Dr Matías Pandolfi.
Créditos de la foto: Dra. Fabiana Lo Nostro