El doctor Gustavo Otero y Garzón, un físico argentino que estudia la llamada “partícula de Dios”, actualizó algunos aspectos del proyecto multinacional. “Hay un programa paralelo para buscar una nueva física que demandará, como mínimo, una década”, señaló.

(29/10/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir / UNNE. Por Juan Monzón Gramajo)-. Pocas veces un proyecto científico tuvo la repercusión mediática del hallazgo de la “partícula de Dios” o bosón de Higgs mediante el empleo del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande del mundo. Pero transcurrido el impacto del anuncio, son más las preguntas que las certezas en este proyecto multinacional que demandó una inversión de 10 mil millones de dólares y en el que participan más de 3000 científicos de 38 países. El doctor Gustavo Otero y Garzón, físico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, es uno de los dieciséis investigadores argentinos que participan del proyecto y visitó la Universidad Nacional del Nordeste para explicar detalles del megaproyecto. Antes, habló con la Agencia CyTA.

¿Se descubrió el Bosón de Higgs o tan solo evidencias de que existe?

Es una muy buena pregunta. La respuesta rápida que puedo ofrecer es que se descubrió una partícula que es compatible con el Higgs del modelo estándar, que ofrece una posible explicación de cómo las partículas adquieren masa a partir de su interacción con el campo de Higgs. La partícula que observamos en el LHC es compatible con las características del bosón de Higgs. Pero falta aún realizar análisis más exhaustivos para determinar efectivamente si la partícula hallada es la que predice el modelo estándar o no.

¿Entonces no se puede hablar de que hay una confirmación oficial?

No todavía. Pero los experimentos fueron muy cautelosos a tal punto que el paper escrito llevaba como título “Observación de una partícula compatible con el Higgs del modelo estándar”. Esa es una manera muy cuidadosa de decir “observamos una partícula nueva, se parece mucho al Higgs, pero todavía no podemos decir efectivamente si es el Higgs o no”.

Su masa es uno de los parámetros para determinar si es el bosón buscado. ¿De qué valor estamos hablando o dentro de que rango se lo buscaba?

Dentro de la teoría uno no puede predecir cuál es la masa de esta partícula. Pero la teoría dice que, si uno conoce la masa, se pueden obtener un montón de propiedades. Hubo experimentos que buscaron desde la década de los `90 en un rango de masas (que ahora nosotros llamamos baja) de 114 gigaelectrónvoltio (GeV). Se llegaba a ese límite superior por cuestiones tecnológicas. La teoría predice que por arriba de 1000 GeV, empieza a ser inconsistente. En consecuencia, con el LHC se buscó a la partícula en un rango entre los 114 y 1000 GeV y se cumplieron las predicciones, ya que la hallada tiene 126 GeV.

¿Cómo se determina la masa de una partícula de vida tan efímera?

Justamente su corta vida está en relación con la masa. Uno lo que trata de hacer es ver evidencias concretas sobre la masa de una partícula que vive poco tiempo, decae y “muere”. No hay un detector que lea un Higgs. Lo que se hace es “inferir lo que ocurrió” y analizar los estados en los que decayó. El Higgs decae en productos que son más estables, que viven más tiempo y sí pueden ser captados por un detector.

Siendo tan importante la presencia del bosón para el modelo estándar de la física, ¿qué hubiera pasado si no se lo encontraba?

Esa es la pregunta más importante. Yo creo que hay cuatro grandes problemas en esta teoría: uno de ellos es el origen de la masa, y el bosón de Higgs ofrece una posible solución. El segundo problema es que no entendemos cómo el universo se expande como lo hace. “El universo se expande aceleradamente” fue una observación que implicó el Nobel del año pasado. Con la cantidad de materia y energía que hay en el universo no lo podemos explicar. El tercer problema es que no entendemos por qué todo lo que se conoce es materia y no antimateria: todo está constituido por protones y electrones y no hay anti-electrones y anti-protones. Tampoco podemos explicar ciertos resultados cosmológicos de la última década, como por qué las galaxias rotan como lo hacen.

¿Qué seguirán indagando en los próximos meses?

El objetivo de este proyecto no es encontrar el Higgs solamente, sino responder esas preguntas que señalé, y otras que son fundamentales para la física. Para eso necesitamos el acelerador, y de ahí que esté planeado que funcione por 20 años más. Desde la ciencia básica, también se busca saber qué tipo de Higgs es, porque hay varios postulados. Existen dos teorías para la comunidad científica candidatas a englobar el modelo estándar: el de supersimetría y la teoría de las dimensiones extras. Son muy interesantes y sus predicciones pueden ser testeadas en este acelerador. A corto plazo, el trabajo es medir las propiedades de estas partículas para ver si corresponde al modelo estándar o a otra teoría. Mientras tanto, hay un programa paralelo para buscar una nueva física que demandará, como mínimo, una década. Y ya existen intenciones de construir otro acelerador lineal.

FOTO UNNE 

El doctor Gustavo Otero y Garzón estudia el “Bosón de Higgs”.

Créditos: UNNE