Según un estudio del Ministerio de Salud de la Nación, la falta de comunicación dentro de los equipos de atención y el desconocimiento de guías de la Organización Mundial de la Salud son algunos factores que conspiran contra una mayor reducción de muertes por esa causa.
(29/11/2013 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Una investigación del Ministerio de Salud de la Nación determinó los principales factores que impiden una atención adecuada para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
La principal barrera identificada fue el desconocimiento por parte del personal médico de atención primaria de las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la prevención de esas patologías, indicó a la Agencia CyTA el doctor Daniel Ferrante, coordinador del Programa Nacional de Prevención y Control de Enfermedades Cardiovasculares de la cartera sanitaria.
Esas guías de la OMS sirven para evaluar el riesgo cardiovascular de acuerdo a la presencia de factores de riesgo, como presión arterial, tabaquismo, colesterol y diabetes, para determinar los tratamientos adecuados, explicó el doctor Jonatan Konfino, de la Dirección de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles del ministerio.
Por otra parte, según surge del estudio, “es preciso promover un mayor trabajo en equipo entre médicos, enfermería, agentes sanitarios y administrativos para poder brindar un cuidado de mediano plazo a pacientes con condiciones crónicas”, señaló Ferrante.
Para llegar a esas conclusiones, los autores de la investigación entrevistaron a médicos, personal de salud y funcionarios de cinco centros de salud. Luego este grupo participó en una capacitación organizada por el ministerio para mejorar la atención médica de los pacientes.
Al comparar los datos previos con los posteriores a la intervención, la presión arterial pasó a ser evaluada en el 72% de los pacientes frente a 44%; la determinación del colesterol pasó de 20,7 a 49,7%; la detección de tabaquismo de 20 a 56 %; la realización de estudios de diabetes de 25 a 93%; y el registro de la presencia de un episodio vascular anterior, de 33,2 a 74,3%.
“Evaluar las razones por las cuales los pacientes no están recibiendo la atención de acuerdo a las recomendaciones es el primer paso para diseñar estrategias que modifiquen esas circunstancias”, subrayó Ferrante.
El estudio fue publicado en la Revista Panamericana de Salud Publica.