Biólogos vegetales de Mar del Plata consiguieron ese efecto con unas sales que, hasta ahora, se usaban para aumentar las defensas de las plantas frente a patógenos. El hallazgo podría servir para adaptar ese cultivo a regiones afectadas por el cambio climático.
(20/02/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. La papa, el tercer cultivo en importancia alimentaria mundial, puede incrementar su tolerancia a la radiación ultravioleta (UV-B) si se le administran unas sales inorgánicas que, hasta ahora, sólo se utilizaban para mejorar la resistencia de las plantas a los hongos y otros patógenos. Así lo demuestra un estudio realizado en Argentina y descrito en la revista científica “Plant Physiology and Biochemistry”, publicación de la Sociedad Francesa de Biología Vegetal.
“Nuestro trabajo establece una estrategia para adaptar el cultivo de papa a ambientes afectados por el cambio climático” dentro de un manejo integrado de cultivo, indicó a la Agencia CyTA la doctora Adriana Andreu, quien dirige el proyecto. Andreu integra el grupo Bioquímica Vegetal, liderado por el doctor Gustavo Daleo en el Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional del Mar del Plata (UNMdP).
La radiación UV-B afecta el crecimiento de la plantas y limitan su capacidad para la fotosíntesis, es decir, cuando convierten la energía solar en energía química para poder vivir. En el estudio, los científicos probaron el efecto de administrar ciertas sales de fósforo, los fosfitos (Phi), que en la actualidad se utilizan en diversas especies cultivables como inductores de resistencia (a patógenos) en conjunto con otros pesticidas.
Los resultados fueron contundentes. “Los compuestos fosfitos se extienden desde las raíces a los tallos de las plantas de papa y desencadenan respuestas bioquímicas internas que atenúan el daño provocado por la luz UV-B.”, explicó la doctora Milagros Machinandiarena, otra de las autoras del estudio y miembro del grupo. “Las papas que recibieron el tratamiento con fosfitos previo al estrés provocado por la luz UV-B conservaron su capacidad fotosintética con respecto a las plantas estresadas, cuyos niveles de clorofila fueron menores”, añadió.
Los fosfitos promueven la actividad de dos enzimas, guayacol peroxidasa y superóxido dismutasa, que previenen el daño oxidativo producido por los rayos UV-B en las plantas de la papa. “También estimulan la síntesis de ciertos compuestos, algunos de los cuales se utilizan en dermatología con el mismo propósito. Se podría decir que actualmente el hombre se protege de la radiación UV mediante un procedimiento similar al desarrollado hace mucho tiempo por las plantas”, indicó Daleo.
La investigación se articula a otros proyectos orientados a desarrollar plantas que se adapten no sólo a condiciones climáticas adversas, sino también a patógenos, explicó la doctora Florencia Olivieri, investigadora del CONICET e integrante del laboratorio de Daleo.
Además de sus propiedades protectoras frente a la radiación UV, Andreu y sus colegas están estudiando si los fosfitos también permiten mejorar la resistencia de las plantas a la sequía.
Del trabajo también participaron las doctoras Mariana Feldman y Candela Lobato, investigadoras del CONICET, y la licenciada Natalia Oyarburo, todas del IIB.
De izquierda a derecha, los autores del estudio. Adelante: Las doctoras Milagros Machinandiarena, Candela Lobato, Mariana Fledman y Adriana Andreu y el doctor Gustavo Daleo. Atrás: La doctora Florencia Olivieri y el licenciado Mauro Lasso, todos científicos del Instituto de Investigaciones Biológicas, que depende del CONICET y de la Universidad Nacional del Mar del Plata.
Plantas de la papa resistentes a la radiación ultravioleta desarrolladas por los investigadores de Mar del Plata. El proyecto de los científicos podría servir para adaptar ese cultivo a regiones afectadas por el cambio climático.